Tortura cotidiana
Actualizado: Guardarl incremento de los asesinatos de mujeres a manos de sus exparejas ha llevado al CGPJ a considerar que comunicar la intención de romper el vínculo por parte de la mujer actúa como factor de riesgo para su integridad, en tanto que puede ser el detonante de una reacción brutal del agresor. Tal constatación estadística se encuentra ya presente en la instintiva renuncia de las mujeres víctimas de maltrato a anunciar o consumar una separación. Ayer mismo Amnistía Internacional cifraba en 600.000 las mujeres maltratadas, sometidas a la desquiciante disyuntiva de mantener la convivencia temiendo lo peor a cada minuto o acabar con ella a riesgo de verse perseguidas por una violencia posesiva más atroz. Una disyuntiva ante la que las maltratadas han de contar con el amparo efectivo de las instituciones y de la sociedad para que puedan poner fin con garantías a una relación de tortura cotidiana.