Sesudos hombres de leyes
Actualizado:uando hablas con un abogado, al menos a mí me ocurre, piensas en que es una autoridad legal que se conoce al dedillo todos y cada uno de los vericuetos judiciales. De acuerdo los hay buenos y malos pero se supone que al acudir a uno con excelentes referencias estarás acertando. Y esto viene porque cuando has de dirimir algo en los tribunales hay que echarse a temblar. Porque resulta que la justicia no es gratuita, y que si uno quiere defender sus derechos tiene que estar en disposición de gastar pasta e incluso de perderla si la Justicia no le respalda. Aunque se tenga la razón, aunque la Justicia divina este con nosotros, los jueces pueden llevarnos la contraria y nos caemos con todo el equipo. Así que lo que hay que desear es no verse jamás abocado a la vía legal para dilucidar un conflicto. El otro día, un amigo me relataba que tenía un problema con una inmobiliaria para resolver un contrato. Habló con un abogado, bueno según le dijeron, y éste le comentó poco menos que estaba indefenso, que el asunto podría dilatarse hasta 15 años y que la vía civil, a la que tendría que acudir, era muy costosa en el caso de que perdiera la demanda. Así que mi amigo está en un sinvivir, y pensando que la Justicia es sólo para los ricos. El criterio judicial, por otro lado, es cada vez más difícil de entender. Esta semana hemos conocido que según la sala de lo penal de la Audiencia Nacional no es delito mantener el nombre de una calle a un etarra. Los jueces dicen, por unanimidad, que la acción delictiva sólo se puede cometer con «un comportamiento activo» y no por «mera omisión» y que no es delito hacer «apología» de la «apología». No sé de leyes, pero mi sentido común me dice que estos jueces carecen de ese sentido.