Primo de Rivera no se moja
CALLE PORVERA Lo de aporrear el teclado a cuarenta grados no debe ser recomendable para la salud. Salir a la calle a buscar temas afecta psíquica y físicamente a la mente humana. Tratar de saber el día y la fecha que se firmará el acuerdo de venta del Xerez entre Morales y Garrido, directamente se ha convertido en un infierno. Y todo esto acumulando días sin poder ver el brillo del agua marina, sin una piscina cargada de un azul chillón que refresca de sólo mirarlo, sin un chorrito de agua que plante un oasis en medio de este áspero desierto informativo. En condiciones muy similares a las mías se encuentra Miguel Primo de Rivera. El hombre, su caballo y los alados que le secundan están pasando un inicio de verano demoledor. Al calor y a los excrementos de paloma que los visten hay que unirle una sequía total. Y es que son muchas las semanas que no se moja, no cata agua. Los chorritos de la discordia han desaparecido por completo, el soniquete del líquido elemento ha abandonado su escultórico caminar y ha quedado abandonado a la más agostada soledad.
Actualizado: GuardarDesconozco si el resto de fuentes de la ciudad se encuentra en la misma situación que la que culmina el llamado 'pacificador de Marruecos', no sé si el seco invierno tendrá algo que ver, pero en estos días de calor se agradece hasta el más mínimo refresco visual. Son muchos los turistas que miran y se fotografían extrañados frente a una fuente que ha perdido su esencia principal. Algún que otro día se puede ver a operarios realizando lo que parecen trabajos de pintura o restauración, pero llama la atención que pasen los días y los grifos continúen sin florecer. Paciencia Miguel, paciencia, pues es la mejor de las armas hasta que lleguen las vacaciones -o el agua, en tu caso-.