Me atranqué
De entrada diré que estoy contento por el segundo puesto conseguido en esta primera etapa de montaña. Y eso que no dormí bien. Sobre las cuatro y media de la madrugada me desperté y ya no pude conciliar el sueño. Las heridas superficiales eran las que más me dolían y no las profundas, parecía que tenía dos clavos. Dos o tres veces tuvo que atenderme el médico sobre las heridas y encima el calor que hacía en verdad que lo pasé fatal, fatal. Sobre la etapa, estaba planteada de como podía ir para atenuar el dolor y me fue mejor de lo esperado. Poco a poco vi que rodaba bastante bien y así se lo hice saber a Unzué y a mis compañeros. Comenzamos a probar durante la escapada. Se rodaba rápido y se notaba la dureza.
Actualizado:El desnivel entre ambos puertos llegó a los 3.200 metros y eso pasa factura. A la fuga de los tres escapados no se le permitió que superase los cinco minutos. Alguno de los corredores estaban cerca de la general, como era el caso de Chavanel. En el puerto fue cuando mi equipo cogió la responsabilidad de tomar la cabeza del pelotón y tirar de la carrera, como también hicimos en el descenso, que fue rápido al estar bien la carretera a pesar del chaparrón. Todos estuvieron fenomenal y Pereiró, especialmente, que fue el último que me dejó casi en el último kilómetro de cara a meta.