TRIBUNA

Lo exógeno, lo endógeno y la paráfrasis

Definitivamente el Gobierno ve prioritario cambiar el Diccionario de la Lengua, haciendo que desaparezca la palabra 'crisis económica' e introduciendo un nuevo concepto, el de 'miembra'. Cuando escribo esta ultima mamarrachada, la opción de autocorrección del programa Word me indica error de escritura. La informática es lógica y no se equivoca, no me pide que corrija sin embargo cuando escribo el concepto 'crisis económica', palabra que utilizo ahora con asiduidad en los ámbitos profesionales y académicos. El problema lingüístico que se le avecina ahora al presidente es que la única palabra que comienza con la 'c' y puede tener un significado similar es el de 'crack' y cuando la tenga que utilizar tendrá que anunciar al unísono el anticipo electoral.

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El presidente del Gobierno se ha hecho un experto en el manejo interesado de los datos económicos, abusando de las medias verdades que son las mentiras más despiadadas. Así ha venido diciendo que la economía creció el año pasado el 3,5% y que este año va a crecer en torno al 2%. Ello no es falso pero resulta engañoso, es una verdad a medias. Está utilizando el tiempo presente y a la vez oculta la utilización pasada de los valores que invoca ya que se refieren siempre los datos a la variación interanual, en la que ha habido un abrupto cambio de ciclo, lo que lleva al error de percepción a los ciudadanos. El punto de inflexión que supone el cambio de ciclo exige utilizar por coherencia y racionalización la tasa intertrimestral anualizada, es decir se considera la tasa de crecimiento del trimestre presente y esta misma se mantiene constante durante los tres trimestres próximos, siendo mucho más veraz esa información en un situación como en la que ahora nos encontramos que la utilización de la tasa de variación interanual como hace el Gobierno. Sí a todo ello añadimos que en el Congreso del PSOE, o lo que es lo mismo el de Alicia en el país de las maravillas, se ha corrido un tupido velo sobre la cuestión económica, el ciudadano normal, el que en Derecho Civil se conceptúa como un buen padre de familia, se habrá quedado atónito y sin palabras. Menos mal que el Diccionario de la Lengua Española, a pesar de los intentos de manipulación y demás agresiones sufridas, es lo suficientemente rico y extenso como para buscar no una sino muchas palabras apropiadas para la ocasión y poner en su sitio a quien miente de forma desmedida ante la situación que todos padecemos. Sin lugar a dudas, lo que si preocupa mucho a los españoles es la situación económica que atraviesa España y que empeora día tras día. No precisa ser un lince de los de Doñana para comprobarlo cada día que pasa en el que se destruye empleo, se pierde poder adquisitivo por las familias y casi no se consume, si no que se lo digan a los tenderos de todo orden, cuyas rebajas dejan perplejo a más de uno en un intento desesperado de deshacerse de los géneros de la temporada a los que no se les puede dar salida.

El Gobierno ha encontrado la justificación de los pequeños males que padece la economía española en causas exógenas desde luego a nuestra economía. El precio del petróleo y el de los alimentos, así como la crisis financiera, son el fundamento de la supuesta ralentización de la economía española. Como sí la economía española no padeciese desequilibrios importantes. tanto internos como externos. Sólo un ejemplo, el abultado y excesivo déficit por cuenta corriente interrelaciona precisamente cuestiones internas y externas de nuestra economía. Tan espectacular es que en términos relativos es el más alto del mundo y la consecuencia inmediata de ello ante una situación financiera mundial como la presente es la intensa pérdida de competitividad de la economía española.

Sobre lo endógeno, lo que se origina en el interior, según nuestros mandatarios 'sin problemas' no hay nada que opinar y al que lo hace lo tachan de antipatriota. En el programa electoral aparece como objetivo a cumplir el pleno empleo con toda seguridad, cuando en esta legislatura se alcanzará una tasa de desempleo que superará el 11%, que fue la tasa dejada por el anterior Gobierno del PP.

Y a pesar de todo, del gravísimo problema económico que se cierne sobre todos nosotros, el Gobierno se escuda en que los problemas se deben a causas externas sobre los que no puede actuar. Todo lo más, convoca a los interlocutores sociales, a las organizaciones patronales y sindicatos más representativos, condición que le atribuye la de ser perceptores de ingentes cantidades de fondos públicos. Y claro, dice el refrán que «de ser bien nacido es ser agradecido». Así es que si se escucha al sindicato 'hermano' del Gobierno, como unos lo llaman, o como correa de transmisión del partido, como otros lo llaman, parecerá que España va como el eslogan de la Junta de Andalucía: « imparable». Ahora, con las declaraciones del secretario en Andalucía de ese sindicato, parece como si éste se hubiera fundido con la propia Administración y se hubiera integrado en ella, cuando dice que la Junta y el sindicato «revisarán uno por uno los expedientes de regulación de empleo que se tramiten y los examinarán con lupa y no consentirán ajustes de plantillas mediante la invocación de la crisis que se padece». Y mientras tanto, la Patronal se subió a un guindo y claro, se cayó y una vez caído del guindo, pues a coger coquinas a la playa de Matalascañas. Menos mal que cesó la recolección del indicado molusco y el presidente de los empresarios afirmo y calificó en la Asamblea Anual de la Federación de Industrias Químicas Española de «gravísima» la situación económica, calificando las medidas tomadas por el gobierno hasta la fecha de «insuficientes y tímidas».

El secretario del otro sindicato, de forma tímida, admite el problema en alguno foros, en otros y ante miembros del Gobierno, como persona agradecida y educada que seguro es, utiliza el recurso de la paráfrasis para al final no decir nada y además justificar como causas exclusivamente externas las que ensombrecen la economía española en estos momentos.

El Gobierno ha cuadrado el círculo y hay que reconocerle el mérito de que todos los días luzca el sol ahora que es verano y haya ahuyentado las tempestades por el módico precio de ciento y pico de millones de euros entre otros, para financiar las actividades desarrolladas por los llamados interlocutores sociales.