OPOSICIÓN. El líder opositor, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa que ha ofrecido tras la reunión del comité ejecutivo. / EFE
ESPAÑA

El PSOE busca aislar de nuevo al PP

Rodríguez Zapatero afirma que Rajoy no alcanza a entender que España «ha cambiado y se ha europeizado» El líder opositor acusa al jefe del Ejecutivo de vivir «en otro país»

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El PSOE quiere ver de nuevo al PP aislado con su perfil más montaraz y cree haber encontrado el camino con las propuestas que aprobó su 37 Congreso ante las que el partido opositor tiene difícil llegar a un consenso. Aborto, eutanasia, plurilingüismo o relaciones con la Iglesia son asuntos en los que los populares no pueden buscar a acercamientos so pena de desencadenar un motín entre sus bases. El PP contraatacó con el argumento de que los socialistas han dado un giro de tuerca en su radicalismo izquierdista al incorporar a su discurso temas que no interesan a la sociedad y obviar lo que preocupa al ciudadano, la economía, las hipotecas, el fin de mes.

La dirección del PSOE no había previsto debatir sobre eutanasia, aborto o un cambio en las relaciones con la Iglesia. No entraba en sus planes que estos asuntos centraran su 37 Congreso, pero así fue. La militancia proporcionó a los líderes del partido los ingredientes para salir del letargo postelectoral. Los estudios del secretario de Organización, José Blanco, indicaban que el PP había puesto un pie en el centro al rebajar el tono bronco de la legislatura con su discurso sobre inmigración y economía. Los socialistas pensaron que ese era el terreno para combatir, un terreno en el que los instrumentos para un partido gubernamental son limitados y están sujetos a la política comunitaria.

El empeño de las bases en hablar de otras cuestiones llegó como agua de mayo. Justo en plena soledad del Ejecutivo por su gestión de la crisis. La cuestión era que el debate no se desmadrara para que nadie pudiera encajonar al partido en la izquierda, pero el férreo control que ejerce el aparato sobre el partido permitió llegar a los debates con los textos cocinados y los debates encauzados.

En nada -quizá sólo en el aborto- se ha ido un paso más allá de lo que pensaba asumir el Ejecutivo. Todo ha contado con la supervisión, no sólo de José Luis Rodríguez Zapatero, sino de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Ahora, el PSOE tiene materia para, en palabras de uno de los nuevos de la ejecutiva, «poner a prueba el centrismo del que presume Mariano Rajoy».

El propio presidente del Gobierno se encargó de subrayar, tras la primera reunión con su nuevo equipo, que ni el derecho a una muerte digna ni la laicidad ni el voto inmigrante son debates de radicales. «Estamos hablando de cuestiones que están resueltas desde hace años en países europeos y que, en muchas casos, son defendidas por partidos de centro derecha». El argumento le permitió además defender que el PSOE abandera siempre los cambios, extiende derechos y es la «fuerza modernizadora». «La sociedad española ha cambiado, se ha europeizado y se ha modernizado bastante más que algunos políticos y comentaristas», dijo.

La dirección del PP, en su primera reunión ordinaria tras el congreso celebrado en Valencia, mantuvo un intenso debate sobre la estrategia de oposición a seguir para superar la encerrona que, según su análisis, pretende tenderles el PSOE. Los 'populares' creen que el PSOE pretende huir de la cruda realidad de la crisis económica a través de debates con los que arrinconar al PP en la derecha. Por su parte, Rajoy dejó muy claro a los suyos que su objetivo prioritario será la economía, las dificultades de las familias para hacer frente al paro, el pago de hipotecas y la carestía de la vida, los problemas de las pequeñas y medianas empresas para superar situaciones críticas.

El líder de la oposición cree que el cónclave de sus adversarios políticos «sólo ha aportado radicalización» y vio a los socialistas «de espaldas a los españoles y sus problemas». Reprochó al PSOE que no discutieran sobre la pérdida de empleo o las dificultades económicas y denunció que «dio la impresión de un congreso de un partido que vive en otro país».

Apenas han pasado unos días desde que el PP zanjara sus debates internos en el congreso de Valencia y ya han vuelto a resurgir de la mano de Alejo Vidal-Quadras, que se perfila como la oposición oficial interna a Rajoy. En el congreso se confrontaron los defensores de las esencias a ultranza y quienes prefieren más flexibilidad para el día a día político y poder así captar votos del centro.

Vidal-Qadras puso de nuevo sobre la mesa la misma disyuntiva para afrontar las discusiones sobre eutanasia, aborto o laicidad y sólo contó con la intervención a su favor de Miguel Ángel Cortés. Los demás intervinientes no se pronunciaron expresamente, pero todos asumieron la estrategia dictada por Rajoy, quien estableció con toda claridad que el PP no se distraerá con asuntos que no sean la crisis, las economías familiares y los problemas de las empresas.

La inmigración también entró de lleno en la agenda de 'popular.' La mayoría de los dirigentes se mostraron partidarios de que voten los extranjeros en determinadas condiciones y Rajoy recordó que éste extremo forma parte del acuerdo para una política de Estado que se propone llevar a La Moncloa cuando sea citado el presidente del Gobierno.

En la entrevista prevista para finales de este mes, el líder del PP también quiere acordar la reforma de la Justicia, una nueva reunión del pacto de Toledo sobre pensiones y la puesta en marcha de las negociaciones para reformar la financiación autonómica y municipal.