Valverde cede el maillot amarillo antes de la importante contrarreloj de hoy
Los franceses Samuel Dumoulin y Romain Feillu lograron la etapa y el liderato Riccardo Riccó, Juan José Cobo y Denis Menchov perdieron 38 segundos
Actualizado:Alejandro Valverde cedió su maillot amarillo. Se cansaron, él y su equipo, de tener que trabajar desde el comienzo de la etapa sin recibir ninguna ayuda y dejaron que la escapada cogiese un tiempo preocupante. No se cumplieron ninguno de los planteamientos que parecían apropiados para un día de transición. Es más, para algunos corredores resultó una jornada de dolor, físico en unos casos, y moral en otros.
También hubo ciclistas que sonrieron, como el ganador de la etapa, el francés Samuel Dumoulin (Cofidis), o el nuevo líder, otro francés, Romain Feillou (Agritubel), un ciclista que el año pasado realizó una gran temporada y que en esta ha tenido problemas.
Cogió una toxoplasmosis, la llamada enfermedad del gato, que le hizo perder todo el principio de temporada. Feillu vuelve a vestir de amarillo, algo que no conseguía el ciclismo francés desde 2006, cuando lo consiguió Cyril Dessel tras un golpe de suerte.
Hicieron doblete para un ciclismo, el francés, al que se le veía con muchas ganas desde que se puso en marcha la carrera de ir cumpliendo objetivos. Han sido los que más han buscado las escapadas y al final han conseguido su premio. La parte negativa recayó en el corredor cántabro Ángel Gómez, Litu (Saunier Duval), que sufrió una aparatosa caída. Se quedó tirado en el suelo, sin poder moverse, de costado, con una fractura de cadera. Las desgracias se han cebado con Litu, que en la Vuelta a Flandes se rompió el radio y el dedo gordo del pie derecho.
Como consecuencia de esa caída, el pelotón se cortó. El más perjudicado fue el ruso Denis Menchov, ganador de la última Vuelta a España, que perdía en la meta 38 segundos, que unidos a los siete que cedió el primer día, suman 45 segundos con respecto a hombres como Alejandro Valverde, Kim Kirchen, Frank Schleck y Óscar Pereiro.
No fue el único. Saunier Duval tuvo una jornada negra puesto que Juanjo Cobo y Riccardo Riccó, que también se vieron afectados por la caída, se quedaron cortados y se vieron obligados a trabajar junto a Rabobank que trató de resteñar los destrozos.
Una contrarreloj
Los últimos 26 kilómetros de la etapa se convirtieron en una contrarreloj, con la cabeza del grupo tratando de dar alcance a los cuatro fugados, tiraban Quick Step y Columbia, y el grupo en el que iba Menchov, buscando la forma de no quedarse fuera del Tour desde el tercer día de carrera. Es lo que tiene esta prueba: cuando menos se espera, surgen los problemas, aunque no los busques. Ellos acuden a ti y no hay nada que hacer para sortearlos. Cadel Evans, por ejemplo, se cayó en el primer kilómetro de la etapa. Se hizo daño en un dedo.
Lo dicho, un día que parecía anodino acabó en pleno zafarrancho entre las ventiscas que sacude Nantes, en un Tour donde no se ve el sol por ningún lado. Todo comenzó como si fuese una broma. En el primer kilómetro se escapaba William Frischkorn. Le siguieron Paolo Longo, Romain Feillu y Samuel Dumoulin. En siete kilómetros tenían tres minutos de ventaja. Ningún equipo mostró interés en esos corredores. En el kilómetro 66 llevaban 14:50 de ventaja. Para cuando el equipo Columbia se puso a trabajar, todo estaba perdido para le pelotón.
Caisse d' Epargne no quiso quemar a sus corredores y los sprinters perdieron una gran ocasión en un Tour en el que no tendrán muchas llegadas en las que disputarse la victoria de etapa. Hoy comienzan a atacarse los líderes.