Del Hudson al Ebro
La Bomba acoge la muestra 'Nueva York y la Guerra Civil española', que analiza el papel de los EE UU en la contienda y recuerda el compromiso de los brigadistas
Actualizado: GuardarEl puerto de Manhattan vio desfilar en 1937 (conciencias exaltadas, pobreza, militancia proletaria, Gran Depresión) a tres mil jóvenes estadounidenses que partieron del río Hudson y cruzaron el Atlántico para luchar por una causa que sentían como suya en un pais que no lo era. Nueva York aportó la mitad de los brigadistas internacionales a las filas republicanas y ejemplificó el compromiso de una sociedad que cuestionaba abiertamente la neutralidad interesada de su gobierno.
El conflicto español, entendido como el primer asalto del largo combate entre democracias y regímenes totalitarios, movilizó a intelectuales, artistas y ciudadanos de a pie que manifestaron abiertamente su solidaridad con las armas que tenían más a mano: libros, artículos, obras de arte, películas o bailes destinados a recaudar fondos. Algunos, los más audaces, se pagaron el billete y acabaron sus días en la trichera.
El patio del Aulario de La Bomba acoge desde ayer la exposición Nueva York y la Guerra Civil Española, una muestra organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Fundación Pablo Iglesias, en la que se examina el papel de la sociedad estadounidense en el conflicto, tomando como referencia el paradigma neoyorquino.
Cartas, textos periodísticos, folletos que llamaban a la movilización, carteles, fotografías, libros, uniformes y armas componen el grueso de una muestra en la que se reconocen las firmas de Jo. Davidson, Marta Graham, Lagston Hughes, Rockewell Kent o Clifford Odets, entre otros.
De la lectura general de la exposición se desprende que la Guerra Civil española fue capaz de alinear en el bando republicano a personas de diferentes ideologías, distintos intereses y orígenes diversos, que entendieron la contienda como una ruptura oficial de las hostilidades entre dos bloques condenados a enfrentarse; que supieron ver que lo que ocurría en España moldearía los bandos, conflictos y alianzas que afectarían luego al mundo durante varias generaciones.
La muestra, que ha recorrido varias ciudades españolas, recibió en el Museo de Nueva York más de 70. 000 visitas. La ciudad de la libertad sigue haciendo gala de ello.
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