APOYOS. Rajoy aplaude a Alicia Sánchez Camacho, la nueva presidenta del PP catalán. / EFE
ESPAÑA

Rajoy critica al PSOE por no ocuparse de la crisis

Considera una «irresponsabilidad atroz» que el congreso socialista reavive el debate sobre el aborto y la eutanasia

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«Irresponsabilidad atroz». Mariano Rajoy no ahorró adjetivos para descalificar al PSOE y su interés por reabrir debates «que dividen a los españoles», como el aborto y la eutanasia, en plena crisis económica.

El líder del PP acusó al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y al Partido Socialista recién salido de su XXXVII Congreso Federal de «no estar en la realidad» y dedicarse a combatir la recesión con «paños calientes y cataplasmas» en lugar de gobernar.

«¿A quién le importa la laicidad y el voto de los inmigrantes?», espetó el presidente de los 'populares' al jefe del Ejecutivo.

«Esas no son las prioridades». «Nadie habla de eso en la calle», dijo Rajoy a los socialistas, a quienes reprochó que «huyan de la realidad» y creen «problemas sin sentido» para «distraer la atención» de unos españoles preocupados por la crisis.

«Ahora no tocan los titulares de prensa ni las medidas llamativas que ocupan papel, toca ser eficaces y coger el toro por los cuernos», explicó.

El presidente del PP aprovechó su intervención en la clausura del congreso de su partido en Cataluña para mostrar su faceta más dura de líder de la oposición. Mariano Rajoy exigió a Rodríguez Zapatero que «actúe y gobierne» con «coraje y determinación» para enfrentarse a la recesión, tal y como, según dijo, hizo José María Aznar en 1996 cuando encaró una «situación mucho más difícil».

Para el líder de la oposición, Rodríguez Zapatero parte de un problema de base, que es no reconocer la crisis económica. «Hay que decir que las cosas no se van a poner bien en media hora porque es la verdad -explicó-. Aquí no se precisa cosmética, sino cirugía. Nos encontramos en una legislatura marcada por una crisis económica y radicalmente diferente a la anterior».

Reducir gasto

Mariano Rajoy dio recetas para combatir esa recesión, más allá de los mensajes del Gobierno de «apretar el cinturón» sólo a las empresas y a las familias. En esa línea, apostó por una «muy fuerte reducción» del gasto público, que no debería crecer más de un 2% el próximo año.

Además, apostó por defender a las pequeñas y medianas empresas «que emplean a más del 80% por ciento de los trabajadores» y por facilitar que estas compañías accedan a créditos para remontar la crisis. También pidió al Ejecutivo medidas (en especial desgravaciones fiscales) para las familias agobiadas por las subidas hipotecarias. Todo, dijo, menos «vivir de la herencia y de la inercia» como hace Rodríguez Zapatero.

En esta coyuntura, el 'número uno' de los 'populares' llamó a los suyos a seguir trabajando con «inteligencia, habilidad y mucha humildad» para «ganar la confianza de muchos más» porque, explicó, el PP «no tiene vocación de ser un partido minoritario ni de oposición en ningún lugar de España».

Crisis catalana

«Y tampoco tenemos vocación de oposición en Cataluña», recordó a los delegados presentes en la convención de Barcelona. Rajoy pasó de puntillas sobre la delicada situación interna de la formación en esta comunidad, si bien reconoció que el PPC no goza de la salud que el partido tiene en otras autonomías.

El máximo responsable de los 'populares' felicitó a la nueva presidenta de la formación en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, elegida el sábado con apenas el 57% de apoyos y con fuertes críticas por ser la candidata de la cúpula de la calle Génova.

Rajoy no quiso ahondar en la polémica, aunque recordó que los votos de los compromisarios que han aupado a Sánchez-Camacho fueron «libres» y «secretos».

Y sólo quiso hablar de futuro. Recordó a los populares catalanes que cuentan con el aval de 600.000 votos pero que no pueden conformarse con ser la tercera fuerza de la comunidad.