Alejandro Valverde demuestra que un segundo puede conducir a la eternidad
El velocista noruego Thor Hushovd logró su sexta victoria de etapa en el Tour, mientras que Freire, en un sprint poco propicio para él, sólo pudo ser séptimo
Actualizado: GuardarAlejandro Valverde demostró que un segundo puede conducir a la eternidad, o lo que es lo mismo, que resulta más que suficiente para mantener el maillot amarillo si se mueven los hilos del pelotón con precisión. El Tour es como una marioneta que hay que manejar según va meciéndose el grupo. Aquí, en el Tour, la eternidad tiene nombres y fecha: Paris, 27 de julio, a las 17:00. Esa es la eternidad del ciclista en esta carrera, el final en los Campos Elíseos.
Ganaba la etapa un clásico, el noruego Thor Hushovd, que consiguió su primera victoria en el Tour en 2002 y ya lleva seis. Un torbellino de fuerza que hace valer una potencia descomunal desde su 1,83 de estatura y sus 81 kilos de peso. Aquí, como en la vida, todo el mundo juega con los intereses propios y los ajenos; las motivaciones, los estados de ánimos, el cálculo de posibilidades, las querencias. El ciclismo no es un deporte en el que puedan aplicarse los principios matemáticos de forma clarividente. Al menos no siempre.
La contrarreloj de mañana, en Cholet, abrirá los primeros agujeros negros, de minutos, de este Tour, que se ampliarán en el Macizo Central. Sin Ton Boonen, sin Alessandro Petacchi, sin Daniele Bennati, sin Paolo Bettini, las llegadas al sprint no van a ser lo mismo.
La carrera se instaló en Thor Hushovd, que lograba su sexta victoria de etapa. Ha sido también maillot amarillo del Tour este noruego de 30 años, que es capaz de ganar al sprint y también prólogo cortos, como hizo en Estrasburgo, en 2006.
Fuera de la pelea
«La etapa ha sido rápida, dura, sobre todo por el viento, la escapada, la lluvia. Ha terminado por desgastar mucho. El final de etapa me iba peor que ayer. Había un repecho, pero estaba lejos de la meta. Era más para sprinters puros. Era complicado llegar delante», confesó Valverde.
Otros dos corredores clásicos, en el Tour y en el ciclismo francés, Thomas Voeckler y Sylvain Chavanel buscaron la escapada. Llegaron a tener 6:40 de diferencia en el kilómetro 64. Se les unirían Christophe Moreau y su compañero David Lelay.
Los franceses buscaban una ofensiva total. La desgracia para ellos es que a mil quinientos metros de la meta fueron cazados. Se mantuvieron las diferencias de la general.
Para que unos sonrían, otros tienes que llorar. En esta ocasión le tocó al colombiano Mauricio Soler, que perdió más de siete minutos por los daños sufridos en la caída de ayer.