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Salud tiene controlados a más de 2.100 ancianos ante el riesgo de olas de calor

El servicio de teleasistencia del SAS se refuerza para atener a aquellas personas mayores que viven solas, uno de los colectivos más vulnerables a las altas temperaturas

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Las altas temperaturas, además de un atractivo turístico en la provincia de Cádiz, representan una amenaza de alto riesgo para la salud si no se administra con prudencia el tiempo al que nos sometemos a ellas, o no se toman las medidas oportunas para sortearlas. El estrés, las jaquecas, los mareos, el agotamiento y, en el peor de los casos, los temidos golpes de calor son algunas de las enfermedades más comunes provocadas por una exposición excesiva a temperaturas elevadas.

Los niños y las personas que padecen algún tipo de enfermedad -sobre todo si siguen tratamientos de barbitúricos o diuréticos, ya que corren un mayor riesgo de deshidratación- son dos de los colectivos más vulnerables a este tipo de trastornos. Aunque, las personas de avanzada edad resultan aún más sensibles a las variaciones del mercurio en el termómetro, ya que a la fragilidad de su edad suelen sumar todo tipo de patologías que pueden verse agravadas por un calor excesivo.

En la provincia de Cádiz, el Servicio Andaluz de Salud ha «identificado» con este perfil de vulnerabilidad a más de 2.100 personas mayores de 65 años, especialmente aquellas que viven solas y sufren algún tipo de patología que pueda verse agravada por el calor.

Con ellos, la Consejería de Salud aplicará por cuarto año consecutivo un sistema especial de prevención y «vigilancia», a través del servicio permanente Salud Responde -el teléfono único del SAS para toda Andalucía-.

Durante el verano, este servicio pone en marcha un dispositivo especial de teleoperadoras que realizan un seguimiento telefónico a los más de 8.750 ancianos de toda Andalucía-entre ellos los 2.138 de Cádiz- inscritos dentro de este plan. Por medio de esto, se ofrece a estos ancianos todo tipo de recomendaciones relacionadas con las temperaturas y se controla que estas personas pasen el verano sin sufrir sustos a causa del calor.

El pasado año, este mismo programa efectuó un total de 3.145 llamadas en toda la provincia de Cádiz, aunque, afortunadamente, sólo tres pacientes tuvieron que ser visitados en sus casas por médicos y enfermeros de emergencias para ser atendidos, en todos los casos por síntomas causados por el calor.

«Este año hemos incrementado el seguimiento telefónico», asegura Luis García, enfermero coordinador del servicio en la zona de la Bahía y de la Janda, que explica que además de ser un plan de acción rápida ante posibles emergencias, el dispositivo especial de Salud Responde sirve como herramienta preventiva, ya que también se ofrece a los ancianos que participan en él, información y consejos para evitar el calor.

A parte del colectivo de personas mayores, el SAS realiza un seguimiento permanente de pacientes que han sido dados de alta temporalmente durante las vacaciones o los fines de semana, también con la mirada puesta en la prevención frente a las altas temperaturas. La mayoría de estos pacientes está aquejada de diabetes, problemas del corazón o alguna enfermedad respiratoria y, curiosamente, tienen una edad media de 67 años.

Desde que se puso en marcha el plan de seguimiento telefónico a ancianos, el pasado 1 de junio, no se ha registrado ningún caso de alerta «significativa», aseveran desde la Consejería de Salud.

En residencias y geriátricos de la provincia también se han cambiado las rutinas para tratar a nuestros mayores de cara al verano. «Desde principios de mes, hemos habilitado zonas y espacios con aires acondicionado, para los días que son más calurosos y un plan d hidratación, para dar de beber a los residentes cada dos horas con bebidas isotónicas, ya que con el proceso de envejecimiento, van perdiendo la sensación de sed», pone como ejemplo Mar Valverde, directora de la residencia de mayores José Matía Calvo, dependiente de la Diputación de Cádiz.

En la actualidad, la provincia de Cádiz se manteen en el nivel más bajo de los cinco establecidos por el Gobierno regional. Como si fuera un semáforo, estas alertas se clasifican por colores, desde el verde de «normalidad», hasta la alerta roja, pasando por los niveles amarillos y naranja. El cambio de una fase a otra se produce cuando se supera el umbral de temperatura media de los últimos cinco años.

Consejos siempre útiles

Una buena hidratación sigue siendo el mejor remedio para librarse de sufrir uno de los muchos trastornos producidos por las altas temperaturas: ducharse varias veces al día y sobre todo beber mucha agua, así como bebidas isotónicas son vías eficaces para mantener los niveles de líquido que se pierden con la sudoración, ahora, más intensa. Para evitar deshidratarnos se recomienda también usar ropas amplias y de colores claros, así como reducir el consumo de bebidas alcohólicas o azucaradas, como los refrescos.

No hacer esfuerzos en horas de altas temperatura ni durante una larga exposición solar directa, es otro de los consejos ya clásicos que, como recuerda Manuel Ortega, médico de familia, «nunca está de más recordar».

Un semáforo de alertas Alerta roja

En los últimos años no se ha dado aún en la provincia de Cádiz, según fuentes del SAS. Se activa al quinto día de altas temperaturas. El seguimiento telefónico en este caso es diario para la población vulnerable. Nivel naranja

O de «riesgo medio». Se activa cuando la temperatura máxima se prolonga durante tres días. Con esta alerta se intensifica el seguimiento por las enfermeras de familia o de enlace a las personas de alto riesgo como los ancianos. Nivel amarillo

Se considera de «bajo riesgo». Se activa esta alerta cuando se prevé que se supera durante uno o dos días el umbral de temperatura máxima. Se pone en marcha medidas de aviso a la población y servicios asistenciales sanitarios. Nivel verde

Se considera un nivel de estabilidad, que se mantiene mientras no se prevé que se superen las temperaturas máximas. Se llevan a cabo acciones preventivas de información y se actualizan los censos de población vulnerables.