París desdramatiza el lunar polaco en el estreno de su presidencia
Las autoridades galas se esforzaron ayer por desdramatizar la amenaza del jefe del Estado polaco de no ratificar el Tratado de Lisboa, un contratiempo sobrevenido al reciente 'no' del referéndum irlandés que empañó la jornada inaugural de la presidencia francesa de la Unión Europea. «No imagino que el presidente que firmó el documento en Bruselas y en Lisboa pueda poner en entredicho su propia firma. Es una cuestión de moral y de honestidad», declaró Nicolas Sarkozy, en respuesta al órdago de Lech Kaczynski.
Actualizado:«El proceso de ratificación prosigue», había proclamado horas antes con tono voluntarista el primer ministro, François Fillon, en un discurso pronunciado antes de un almuerzo ofrecido al presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Barroso, y al colegio de comisarios europeos. Entre los comensales del primer acto institucional del semestre francés figuró Peter Mandelson, comisario europeo de Comercio, al que Sarkozy había acusado horas antes de querer sacrificar la agricultura europea en el altar del liberalismo mundial. Antes de sentarse a la mesa, el alto funcionario juzgó falsos e injustificados los ataques del presidente, que a su juicio perjudican la necesaria unidad europea en un momento crítico de las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio.
En este clima tormentoso las autoridades galas trataron de poner al mal tiempo buena cara y multiplicaron las sonrisas en la ceremonia de puesta de largo de su presidencia, celebrada en el Arco de Triunfo bajo la estela de la Torre Eiffel.