Política rastrera
Sé por que ya me lo han dicho en otras ocasiones, que lo que voy a decir -según algunos/as-, no es políticamente correcto pero me da igual, antes que la política por muy alta que esta sea, estamos los seres humanos.
Actualizado: GuardarHace tres días que vengo oyendo y leyendo todo tipo de improperios, medias verdades, comentarios velados en torno al Director del Gabinete de Alcaldía. No voy a ser yo quién defienda y justifique su valía, no hace falta, eso lo está demostrando -según mi humilde opinión- su buen hacer, por más que algunos/as les duela. Entiendo que puedan pensar que lo hago porque es una persona cercana a mí, ósea mi amigo, lo admito y acepto con orgullo. Incluso otros/as me criticarán y dirán que lo dicho esta exento de valor por tal motivo. Bueno, que más da, quiénes me conocen de verdad saben, -como dice el vulgo- «que no le regalo los oídos a nadie».
Para algunos/as la política lo admite todo. Para mi, sintiéndolo mucho no. Y menos aún cuando se utiliza esta para despedazar como si de un depredador se tratara, a personas que el único error que han cometido es formar parte de un equipo de personas que trabajan por Jerez. Mejor o peor -eso lo decidirá el pueblo soberano dentro de tres años-.
Cuestionar, inducir, provocar en esta sociedad sale excesivamente barato. Pero siempre siempre como se suele decir «habló quién pudo». Quién más tiene que callar, es quién suele gritar más. Es curioso pero es así.
¿Cómo pueden hablar algunos de enchufismo?. ¿Cómo pueden hablar algunos de sueldos de altos cargos?. ¿Como pueden hablar algunos de despilfarro?. Como dice el refrán «a buen entendedor con pocas palabras basta».
Atreverse a hablar de la cualificación personal y profesional es muy peligroso. Pues inmediatamente se produce el efecto boomerang. ¿Por qué un escolta como tan altaneramente se cuestiona, no puede estar preparado para otros menesteres y en cambio un maestro si puede estarlo para la política?. Donde reside la diferencia. Por favor, visto lo visto un poco de seriedad.
Aunque tengo la tentación no voy a caer en la trampa facilona de juzgar a los demás con o sin elementos para ello. Si así lo hiciera estaría comportándome como ellos, y yo al igual que otros/as vamos a seguir teniendo a gala, que no todos los que estamos en política somos iguales. Que no todos tenemos la mala leche de tirar a dar, aunque intenten enmascarar sus palabras. Que todos/as sabemos que durante estos tres días, se ha querido -espero que no conseguido- utilizar la jerga política para hundir a una persona que lo único que ha hecho -doy fe de ello- es hartarse de trabajar. Y que más allá de su persona tiene familia y amigos/as que no vamos a permitir que algunos/as que no han sido capaces de aceptar su actual situación política, anden por ahí a tirar de un burro a todos aquellos que no somos de su cuerda.
Y sepan ustedes, que mientras me quede un soplo de aliento, alinearé mis dedos en torno al teclado para escribir aquello que algunos/as no quieren que siga haciendo. Apañados/as están.
Me niego a aceptar que la política es así por las circunstancias que la rodean. No se lo crean venga de quién venga. La política la hacemos día a día quiénes nos dedicamos a ella. Y si es ruin, como es el caso, es por qué dentro de ella existen personas ruines que la utilizan para sus propios intereses, atacando la dignidad de las personas sin importarle el daño que producen. A esta actitud en mi pueblo se le llama ser rastrero y si quién la realiza es político, entonces hace Política Rastrera.