BUEN ROLLO. Aragonés ha logrado hacer de los jugadores un grupo de amigos. / EFE
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La paz de Neustift

Aragonés gestionó a tiempo los pequeños conflictos y creó un clima casi perfecto en la concentración

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Neustift, la pequeña localidad del Tirol que sirvió de base de operaciones de la selección hasta su cruce de semifinales, respira armonía. Amables y sonrientes, sus habitantes conviven en paz y logran contagiar esa sensación a los visitantes, a los que tratan como si fueran de casa. Es difícil de explicar, pero hay algo invisible, casi mágico, en este pueblo del valle de Stubai que rebaja la presión cotidiana y que permite ver los problemas de otra manera. Este espíritu caló sin duda en la expedición española y hasta Luis Aragonés, más relajado que nunca a pesar de la tensión de una Eurocopa, ha cambiado un poco su imagen lejana y arisca. Una tranquilidad que le ha permitido gestionar a tiempo y con eficacia los pequeños conflictos surgidos en el seno del vestuario y promover la unidad, un factor clave para cualquier equipo ganador.

Sería exagerado atribuir sólo al sosiego de Neustift el clima de camaradería entre los futbolistas y el cuerpo técnico, pero hasta ellos mismos reconocen que ese ambiente también ha sido partícipe del éxito. El de Hortaleza ha estado más cercano que nunca e incluso ha bromeado en sus comparecencias ante los medios de comunicación. Nunca ha perdido los estribos, ni siquiera cuando era evidente que algunas preguntas no eran de su agrado, y ha inventado el eufemismo «códigos del fútbol» para describir los momentos delicados con algunos jugadores, como con Fernando Torres y Sergio Ramos. Ni ambos conflictos, ni su posible renovación con la 'roja' ni su eventual fichaje por el Fenerbahçe han conseguido contaminar el ambiente hasta hacerlo irrespirable.

Desplante de Torres

El desplante del delantero del Liverpool al sustituirle en el debut ante Rusia fue la primera amenaza seria para el grupo, pero apenas duró 48 horas. Aragonés dijo de manera pública que el asunto no iba a quedar así y después habló con él en privado. Solucionado y gol del madrileño ante Suecia. Días después le mandó un 'recadito' al lateral del Real Madrid para dejarle claro que no iba a tolerarle actitudes infantiles. No puede ser una casualidad que desde aquella regañina surgiera la mejor versión del sevillano, hasta entonces dubitativo y con un rendimiento menor. Partidazos ante Italia y en la semifinal. El técnico había conseguido revertir la situación y transformar sus puntuales desavenencias con los dos futbolistas en un elemento más de motivación. Y sin estridencias.

La labor de Casillas en ambos episodios y en el estado anímico de la plantilla ha sido fundamental. Lugarteniente del seleccionador en los pasillos del hotel de concentración y en la intimidad del vestuario, el portero blanco ha ascendido en esta Eurocopa a gran capitán. Él sabe mejor que nadie que una herida mal cicatrizada puede infectarse y tener consecuencias imprevisibles.

Rebelión en Alemania

Ocurrió en el Mundial de Alemania, cuando Aragonés no supo detener la rebelión encabezada por Raúl y secundada por Cañizares y Salgado. Aquello le sirvió de lección y en Austria se ha apoyado desde el principio en Casillas, la cabeza visible de la plantilla, para resolver los conflictos. Y, además, sin hacer ruido. Nada podía perturbar el remanso de paz de Neustift.

«Sin buen ambiente es imposible ganar», ha declarado el técnico, que no ha dejado de ensalzar al grupo desde que aterrizó en Innsbruck, el pasado 5 de junio. También Xavi, otro de los jugadores más respetados por sus compañeros, ha confesado que, sin desmerecer a los vestuarios de otras competiciones, el que se ha logrado en Austria es «especial». Alejado del mundanal ruido, dice Aragonés que duerme poco y que tiene mucho tiempo para pensar. El Tirol es un lugar ideal para ordenar los pensamientos y meditar bien las decisiones.

El de Hortaleza ya ha anunciado que se va de la 'roja' y que sentirá nostalgia cada vez que la vea jugar. Lo hará desde el bullicio infernal de Estambul.