Parejitas
Muchas veces nos quejamos de lo que comen los jóvenes. Que si más que quieren pizzas con mucho peperoni (que traducido resulta, chorizo) que más que quieren hamburguesas y que como mucho, como atractivo gastronómico se atreven con el shangüi de pollo y las papas fritas sumergidas en kechup, que es como el tomate frito, pero globalizado.
Actualizado:El otro día me llamaron la atención las declaraciones de Luis Ripoll y de José Manuel Gómez, El Lulu, diciendo que en el restaurante del Río San Pedro que han abierto, el Piquislabis, uno de sus públicos preferidos eran las parejas jóvenes que iban al local a tomarse una parrillada. Estos dos empresarios señalaban que se habían preocupado especialmente por preparar un producto destinado a los chavales con carnes de pollo, con filetes adobados y piezas cercanas a sus gustos y, evidentemente, también con precios destinados a sus bolsillos, muchos de los cuales también tienen verdín como las patas del pollo huevera que ha colocado el Ayuntamiento en las Puertas de Tierra para potenciar el lema de Cádiz sonrie, pero sin son, que es más carnavalesco.
La iniciativa de estos dos hosteleros me parece muy destacable y que se preocupen por los jóvenes, de ofrecerles una alternativa más allá de las pizzerias y los burguer, muy interesante. Criticamos muchas veces como se alimentan los chavales pero, muchas veces, tampoco les damos alternativas, precios asequibles, menús diseñados a sus gustos y sitios donde no les de corte entrar, que también es algo importante, que todos hemos pasado por la edad y nos hemos puesto coloraos como un tomate de Conil el primer día que fuimos a un bar con la niña por la que nos tirabamos al pilón (nota: en cumplimiento de la ley de lo politicamente correcto la palabra niña podrá ser sustituida por niño al gusto del lector o lectora... no vayamos a liarla que ahora hay mucha sensibilidad).
Ahora que estamos todos caninos y que los hosteleros se las ingenian inventando croquetas hasta con la cara de Iniesta por tal de vender media ración sería bueno prestar más atención a este tipo de clientes, de acercarles a la forma de comer andaluza, a la tapa de papas aliñás y al bistelito en salsa. Comer también es cultura, además de diversión y es bueno acercar a los chavales a esto, aunque a muchos les pueda parecer una frivolidad.
Cuando uno ya es mayor se acuerda de la primera canción, del primer baile...pero también es bueno acordarse de la primera vez que la invito a ensaladilla...pa mi que esto de los bistelitos me ha puesto a mi romántico... será el calor.