Lo que no logre el fútbol...
Tuve en la facultad un profesor que me decía entre risas que el fútbol es como una religión politeísta. Mueve a cientos de personas, es algo más pasional que racional, hay diversos dioses e incluso se les venera dependiendo de los éxitos que estos hayan conseguido en los partidos que han jugado. Además, el fútbol tiene algo que a mi al menos me resulta muy curioso, especialmente estos días. Y es que ver a seudo hippies con rastas que van de anti-sistema con una camisa de la Selección Española a mi me provoca una maliciosa sonrisa que tardo bastante en quitarme de la boca.
Actualizado:Ellos rehuyen de banderas rojas y amarillas, de símbolos patrióticos y hasta del himno nacional, pero cuando hay fútbol y España se enfrenta contra Rusia en la semifinal de la Eurocopa... se colocan la camisa roja y amarilla, tararean el himno nacional al mismo son que los jugadores y se trasforman en los más patrióticos del mundo gritando una y otra vez eso de ¿Viva España! Ver para creer.
De igual forma, el último partido que jugó nuestra ahora aclamada Selección -que pronto nos olvidamos de las duras críticas que se han vertido contra los jugadores y Luis Aragonés sólo unas semanas atrás- consiguió que un grupo de ingleses se dejara las cuerdas vocales en Kapote animando a Torres, Güiza, Casillas, Puyol y compañía. De hecho, ellos gritaban más respaldando al conjunto nacional que los españolitos que andábamos por esos lares esperando clasificarnos para la finalísisma contra Alemania.
También es curioso ver como se reúnen los amigos en torno al televisor, como se preparan muchos para estos acontecimientos y lo creyentes que se vuelven algunos agnósticos. En fin, esto es la magia del fútbol. A ver si esta noche cantamos el We are te champions.