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MUSEO. A la entrada del Spa se hay una muestra explicativa. / C. O.
Jerez

Masajes con el olor y la esencia del vino de Jerez

El Spa Club Jerez, en colaboración con la UCA, ofrecerá un pionero tratamiento basado en subproductos derivados de los caldos y vinagres de la Comarca

BLANCA ROMÁN
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Altas temperaturas en la calle, el aire acondicionado estropeado, el fax no deja de recibir documentación importante, los teléfonos están echando humo, el ordenador va demasiado lento, apenas queda tiempo para acabar aquello que tienes entre manos y, para colmo, una llamada de última hora te recuerda que hoy no podrás salir a la hora que tenías prevista. ¿Qué más podría pasar? El estrés no te deja dormir y un tic nervioso se apodera de uno de tus ojos. La solución: acudir a un spa, balneario o cualquier lugar donde uno pueda relajarse y cuidar su salud.

En la avenida Puerta del Sur, desde el año 2003 existe uno de esos rincones donde parece que el tiempo se ha parado. Es un espacio distinto donde todos aquellos que así lo deseen podrán innovar con un tratamiento pionero que no dejará indiferente a nadie. La particularidad de esta oferta no es otra que utilizar subproductos del vino y el vinagre de Jerez con fines cosméticos, una iniciativa que el Spa Club Jerez ha puesto en marcha de la mano de la Universidad de Cádiz.

«Nuestro objetivo es implantar una nueva oferta dentro del turismo de salud y para ello vamos a apostar por la vinoterapia y el winespa», explicaba el gerente de este centro, José Manuel Luque.

El entender que los subproductos y residuos de los vinos, brandys y vinagres de la Comarca -que hasta la fecha tenían un escaso valor comercial- pueden reciclarse a través del desarrollo de una nueva línea de cosméticos «nos ha llevado a elaborar un proyecto de investigación que ha dado como resultado el tratamiento Alrededor del jerez».

Para entender mejor esta oferta se debe explicar que el circuito comienza con un seminario donde el catedrático Carmelo García explica el proceso de elaboración de los caldos de Jerez, tras ello se lleva a cabo una sesión de hidroterapia que se entremezcla con tratamientos que giran alrededor de la esencia del vino. Envolver el cuerpo en bálsamo frío de aceite de pepita de uva, cubrir el cuerpo y el rostro con fangos de vino, una exfoliación corporal y facial con hollejos de uva o un masaje con aceite de pepitas son algunas de las opciones que se pueden disfrutar en estas instalaciones. Eso sí, para que el tratamiento sea aún más relajante, un hilo musical con temas instrumentales donde la guitarra andaluza es la gran protagonista y una copa de la casa hacen el resto.

La sauna, el baño turco, una cata dirigida y una comida maridada -donde el menú es de una enorme calidad- ponen la guinda a una iniciativa que ni turistas ni autóctonos deben perderse.

braguilar@lavozdigital.es