La calidad de lo ecológico
La Greduela no es sólo famosa por las lluvias que antaño inundaban esta barriada rural, sino que alberga además uno de los importantes tesoros de la campiña jerezana: la finca ecológica La Yanna, que se dedica a la agricultura ecológica desde hace casi dos décadas. Carmen Pérez-Aguirre, su propietaria, muestra su vocación pedagógica (es profesora) invitando a los colegios a excursiones a su huerto y sus terrenos, una oferta para la que ya anuncia importantes novedades como talleres de yoga o nutrición. Todo, como se puede comprobar, muy relacionado con lo ecológico y lo natural.
Actualizado:Y es que no hay nada menos artificial que la agricultura de este tipo, donde no se pueden emplear, en ninguna de las fases del proceso, productos químicos. Esta aventura comenzó hace 20 años, cuando empieza a andar la finca, aunque es un poco más adelante (hará unos 17) cuando Carmen se interesa por el mundo ecológico. «Tuve que contactar con la cooperativa La Verde de La Sierra, pionera en todo España, porque entonces no existía el Comité Andaluz de Agricultura ecológica» al que ahora se encuentra inscrita la finca, lo que le otorga todas las garantías y certificados de calidad.
En total, dicha propiedad cuenta con 3,5 hectáreas, muy bien desarrolladas. En ellas se cultivan naranjas ecológicas, que se exportan en gran parte a Alemania y también a Francia. «Tenemos 800 naranjos, del tipo washington y navelino», explica Pérez-Aguirre, a lo que hay que sumar unas 200 parras de uva de mesa de la variedad moscatel; un centenar de olivos; luego la huerta con nueve variedades de tomate ecológico, berenjenas...
Especialmente orgullosa está su propietaria de esta huerta, cuyos productos (a diferencia de las naranjas, que se comercializan al extranjero) se destinan principalmente al mercado local y provincial, sobre todo a Algeciras. Pero lo más importante es la variedad existente, ya que «tenía claro que no podía dedicarme al monocultivo».
Volviendo al proceso de producción, la propietaria de la finca afirma que «no podemos emplear ningún tipo de herbicida en tierra, ni abonos ni fitosanitarios». Luego, en el caso de que haya plagas, se combaten con productos de origen vegetal, que «no son tan eficientes como los químicos», o con productos caseros como el jabón diluído.
Y es que son muchas las directrices que hay que seguir para poder estar en el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica, lo que supone subvenciones, pero sobre todo promoción en el extranjero, por ejemplo a través de ferias, etcétera. Además, significa contar con todas las garantías de calidad necesarias.
En este momento concreto, Carmen Pérez-Aguirre indica que «estamos con la huerta de verano, con el cultivo de tomates. Además hemos hecho una recolección estupenda de patatas...». En cuanto a las naranjas, se procuran sacar al mercado antes de Navidad, con una producción de más de 80.000 kilos que van a parar a países extranjeros, combinándose la vocación local con la exportación en esta empresa ejemplar.
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