VALLA. Miembros de los colectivos del barrio señalan la zona a la que no pueden acceder. / T. S.
Jerez

El solar del centro de barrio de Las Flores enfrenta a los vecinos con su párroco

Piden que el Consistorio les ceda otros terrenos o que permute el suelo al Obispado Insisten en que «los problemas comenzaron hace poco más de una año»

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Buena parte de los vecinos de la barriada de Las Flores están en pie de guerra contra el párroco de su barrio. O al menos eso es lo que se deduce tras escuchar a más de una veintena de personas que ayer se manifestaron a las puertas de la sede de la asociación de vecinos, «como representantes de las 200 familias» que conviven en este enclave de la ciudad.

El origen de esta polémica no es otro que el terreno donde se ubican las instalaciones donde se reúnen estos ciudadanos. «Hace unos 14 años, el Obispado de Jerez nos cedió parte de sus terrenos en Las Flores para que pudiéramos tener nuestro espacio. El Ayuntamiento nos dio los materiales y los vecinos construimos con nuestras manos este local», cuentan desde la asociación.

No obstante, y a pesar de que se llevó a cabo esta cesión, «nunca hubo papeles» por lo que ese terreno, a efectos legales, es aún del Obispado de Jerez. Una situación que durante más de una década no ha importado ni a los residentes de esta barriada ni a la iglesia, de hecho «siempre hemos colaborado unos con otros. En este mismo solar hay un edificio que construyó el Obispado para albergar una guardería para los niños de aquí y donde ahora hay una pequeña capilla. Las fiestas del barrio se han hecho de forma conjunta y con el anterior párroco no hubo ni un sólo problema», asegura Miguel Romero, presidente de la asociación de vecinos.

A pesar de ello, «hace poco más de un año todo cambio. La llegada de este nuevo sacerdote nos ha perjudicado», insiste Pepe, presidente de la asociación de mayores. Y es que para los vecinos «el cura no está cumpliendo lo que nos prometió». Según cuentan desde Las Flores, hace varios meses se celebró una asamblea a la que acudieron los representantes de los tres colectivos existentes en la barriada (el vecinal, el de mujeres y el de mayores) junto al párroco y en ella «nosotros le dimos las llaves del centro de barrio en señal de buena voluntad porque creíamos que nada iba a cambiar. Ahora ha puesto una valla, ha cercado nuestro local impidiéndonos el acceso al resto del solar y nos amenaza constantemente con vender los terrenos».

Matojos, restos de la obra que se está llevando a cabo y basura se acumula en los terrenos de la polémica. «Además, tres la pequeña capilla que hay, nosotros teníamos una caseta con materiales para actividades que apareció tirada a la entrada del centro de barrio y ahora está haciendo una obra ilegal que ya hemos denunciado a Urbanismo y por la que le han levantado un acta», asevera Miguel Romero con indignación.

Ellos lo que quieren es que «todo vuelva a ser como antes o que el Ayuntamiento nos ceda otro suelo donde poder ubicar nuestro centro de barrio». Es más, subrayan que «a 200 metros de aquí, Urbanismo le ha dado al Obispado 2.500 metros cuadrados para que este mismo párroco tenga su propia iglesia, por lo que tal vez la salida sería una permuta de suelo con el Ayuntamiento». Una salida al conflicto que también propone el concejal de Izquierda Unida, Joaquín del Valle, quien respaldó ayer a los vecinos y anunció su intención de llevar este asunto al próximo Pleno.

Mientras tanto y a espera de una solución «llevaremos a cabo un calendario de movilizaciones que preven tres protestas más: una ante el Obispado, otra a las puertas de la nueva iglesia de la zona y otra ante el Ayuntamiento», zanjó Miguel Romero.

braguilar@lavozdigital.es