El petróleo dispara la inflación al 5,1% en junio, la tasa más alta en once años
La huelga del transporte contribuyó a la escalada de los precios, que aumentaron cuatro décimas, según el IPC armonizado Las ventas se desploman en los pequeños comercios por la crisis
Actualizado:La inflación se desboca y el consumo se viene abajo. Los precios subieron en España el 5,1% en junio respecto al mismo mes del año anterior, medidos con criterios comunes para la Unión Europea. Este dato, avanzado por el Instituto Nacional de Estadística, supone una subida de cuatro décimas respecto a mayo y es, oficialmente, la tasa más elevada de la última década, porque fue en enero de 1997 cuando se creó el registro armonizado. Si se compara con el IPC nacional, para encontrar un nivel tan alto hay que remontarse al verano de 1995.
La imparable escalada del petróleo es la principal causa de unas tensiones inflacionistas que posiblemente lleven al Banco Central Europeo (BCE) a subir el precio del dinero un cuarto de punto en la sesión que su consejo celebra el 3 de julio. El euríbor hipotecario ya ha anticipado en parte esta subida, y está a punto de terminar el mes en máximos históricos.
El crudo caro afecta igualmente a otros países europeos: la inflación trepó en Alemania hasta un 3,3%, la tasa más alta desde diciembre de 1993. Pero en España se agregó como factor de distorsión la huelga del transporte. Los problemas del reparto y el acaparamiento de los consumidores vaciaron las estanterías y mostradores de los establecimientos. Las primeras reposiciones de alimentos frescos llegaron a precios muy altos y una parte de esa subida no tuvo marcha atrás.
A escala internacional, los expertos creen que la escalada de otras materias primas -los cereales y otros alimentos- se ha tomado un respiro, pese a la incesante presión del consumo de los países emergentes. Pero el comisario europeo Joaquín Almunia pronosticó ayer que la inflación seguirá alta en la zona euro durante un plazo más largo de lo previsto. El último dato conocido, el mayo, sitúa la tasa en el 3,7%, y es de prever un incremento en el dato adelantado de junio que Eurostat dará a conocer el próximo lunes. En España, la evolución del IPC nacional se publicará el próximo 11 de julio.
El Gobierno ya ha perdido las esperanzas de que funcione el efecto 'escalón', que suaviza los precios cuando se comparan con la trayectoria alcista del mismo periodo del año anterior. Por eso, el vicepresidente económico Pedro Solbes ya habla de terminar el año en un nivel del 4% cuando, en el arranque del ejercicio, su departamento confiaba en que la inflación descendiera hasta una tasa del 3%.
Los expertos, los agentes sociales y las fuerzas políticas de oposición creen que poco se va a poder hacer en el corto plazo para frenar la inflación, y muchos de ellos denuncian la presión que las alzas de precios está ejerciendo sobre los hogares de rentas más bajas. Los institutos económicos privados opinan que no será posible bajar del 5% de tasa anual durante los meses del verano, y sólo los más optimistas se apuntan a una reducción que situaría la variación interanual del IPC en torno al 4% ya en los meses finales del año.
Dato «preocupante»
La CEOE considera «muy malo y preocupante» el comportamiento de los precios. La patronal apuntó, en un comunicado, que esta trayectoria hace más urgente que nunca los procesos de liberalización de los sectores, y pide a las autoridades económicas que se abstengan de intervenir en los mercados.
La escalada de precios, la subida de las hipotecas, el pesimismo de los hogares y una climatología poco habitual, con tiempo impropio de la primavera, han provocado el desplome de las ventas del comercio minorista en los últimos meses y el adelanto de unas rebajas que el comercio califica de «históricas».
El descenso de las ventas en un 5,3% interanual de mayo siguió a los retrocesos de los meses precedentes. Los alimentos apenas bajaron el 0,3%, pero el resto de los productos se hundió un 8,5%. Y, entre estos últimos, el equipamiento del hogar sufrió un desplome del 12,2%, consecuente con el descenso de las ventas de viviendas a las que van destinados los artículos. Las grandes cadenas se libraron, e incluso aumentaron sus ventas el 3,5%, frente al fuerte retroceso del resto.