Cádiz vibra con la selección y ya sueña con una España campeona
Cientos de personas se concentraron en varios puntos de la ciudad Con los goles del combinado nacional se desató la euforia entre los seguidores
Actualizado:Cádiz se paralizó al igual que el resto del país para el trascendental encuentro que disputaba ayer España ante Rusia. En cada rincón de la ciudad se concentraron los aficionados para seguir al detalle un partido que no decepcionó y que hizo vibrar a Cádiz.
Durante la primera parte se siguieron los ataques de España con la máxima atención. El nerviosismo se palpaba en el ambiente pero todos confiaban en la victoria. La Plaza de Mina volvía a convertirse en uno de los lugares de reunión para los gaditanos. Frente a una pantalla gigante cientos de seguidores con camisetas y luciendo los colores de España ocupaban posiciones. Los niños pequeños llevaban las banderas pintadas de rojo y amarillo. Ellos tampoco querían perderse este partido. El descanso servía para tomar aire. Se habían vivido momentos tensos y aún quedaban 45 minutos por delante. Se aprovechaba también ese momento para comentar la actualidad del Cádiz.
En la segunda mitad España seguía demostrando que podía hacerse con el partido. Y Xavi fue el primero en hacerlo efectivo. En las calles se escuchó el sonoro grito que tanto se espera en un partido de fútbol. Se vieron los primeros abrazos. Vibraba la afición en la Plaza de Mina. Se desataba la euforia. Todo empezaba a tener buen color. Como el de España, que entusiasmaba con su juego y con el resultado que tenía de momento. Sonaba la campana que se toca cuando los camareros reciben propina. Pero esta vez era por un gol de España. Un poco más tarde se volvían a repetir las mismas estampas. Güiza remataba la faena de forma espléndida. El gaditano no defraudaba y revolucionaba a todos los que en esos momentos atendían a tan atractiva cita. Ya estaba el sueño más cerca. De nuevo, sonidos de campanas. Ya todo estaba atado y los aficionados cadistas centraban su tema de conversación en el Cádiz. «Con el amarillo también se gana», se escuchaba entonces. La sentencia llegaba con el tercer tanto, el de Silva. Misión cumplida. España ya estaba en la final de la Eurocopa. Se alcanzaba el sueño. Volvían los abrazos y los besos y también alguna que otra lágrima porque la alegría era enorme. Cádiz vibró con España. Y para el domingo, aún puede ser mejor.