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ESPAÑA

«Nos llama más Soraya»

Algo ha cambiado en el Congreso y ha cogido a los socialistas con el pie cambiado. El PSOE ha dejado de ser la fuerza con mayor capacidad de diálogo en la Cámara baja. El grupo parlamentario popular ha dado un giro de 180 grados a la estrategia que en la pasada legislatura capitaneó Eduardo Zaplana.

P. L. H.
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La nueva portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, habla y negocia a diestro y siniestro con todos los grupos, mientras el socialista, José Antonio Alonso, apenas se ocupa de esta tarea. «La verdad -dice el portavoz de una fuerza minoritaria- es que nos llama más Soraya». José Luis Rodríguez Zapatero encomendó a Alonso la difícil tarea de dirigir el un grupo parlamentario con mayoría simple cuando carecía de la más mínima experiencia en estas lides.

Los demás jefes de filas confiesan que la impericia se nota y que no son pocas las veces que el presidente de la cámara, José Bono, trata de echarle un cable en los debates que cada martes se producen en las juntas de portavoces. Pese a la ayuda, le han colado algún gol, como la petición de comparecencia de Zapatero para que hable de la crisis, respaldada por todas las fuerzas de la oposición.

El Gobierno reaccionó solicitando esa misma intervención a petición propia. Los representantes de distintas grupos aseguran que el asunto se podría haber atajado si los socialistas hubieran negociado una salida alternativa en conversaciones previas al encuentro.

Fuentes cercanas al equipo de Alonso aseguran que lo hicieron, pero sólo con CiU. Dicen que, en el último momento, los nacionalistas catalanes les fallaron; recibieron órdenes de no salvar en solitario a Rodríguez Zapatero.

Otras fuentes ratifican esta versión y aseguran que CiU trató de convencer al PNV para que se sumara a su rechazo y aceptara a cambio la comparecencia de Solbes. Pero los nacionalistas vascos, que firmaban una de las peticiones de cuentas a Zapatero, se negaron.

Los grupos minoritarios remarcan que, en su intento de ganarse al grupo que lidera Josep Antoni Duran i Lleida, los socialistas descuidan otros frentes. Cada martes pactan respaldos mutuos, pero CiU se vende muy caro.