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Luis Fernández, presidente de RTVE, frente al nuevo logotipo de la Corporación. / EFE
TELEVISIÓN Y RADIO

TVE aprobará en julio el programa financiero para los próximos tres años

La Corporación tiene contratos con 190 empresas externas que emplean a 2.500 trabajadores

MATEO BALÍN
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El Gobierno y la Corporación Radio Televisión Española (RTVE) tienen prácticamente cerradas las líneas maestras del plan de financiación que regirá el destino de la empresa pública los próximos tres años. Luis Fernández, presidente de la Corporación, anunció ayer en la comisión de control del Congreso que el denominado Contrato Programa será un texto de consenso y estará listo en julio, un mes más tarde del plazo previsto. El plan económico es una prioridad para RTVE, ya que contiene la aportación que destinará el Ejecutivo en cada ejercicio a cargo de los Presupuestos Generales del Estado. Una cuantía que determinará, a su vez, el montante que deberá ingresar la Corporación por vía publicitaria, para alcanzar así el obligado equilibrio financiero que exige la legislación.

Entre 7 y 9 minutos

Precisamente, los beneficios publicitarios de la empresa pública (sobre todo los procedentes de las dos televisiones generalistas) suponen uno de los asuntos más espinosos a los que tiene que hacer frente el Gobierno, ya que las cadenas privadas exigen que La 1 y La 2 reduzcan su publicidad a siete minutos por cada hora de emisión, mientras que la postura de RTVE es que se quede en nueve minutos, mínimo exigido por la legislación europea.

El tema no es baladí, ya que la caída de la inversión publicitaria que afecta a todos los medios de comunicación -en TVE llevan tres meses seguidos con datos negativos, lo que supone unos 20 millones de euros en pérdidas- es un asunto de calado en la negociación que mantiene el Gobierno y la Corporación sobre el Contrato Programa. No obstante, Luis Fernández dejó claro que la clave será «la contención del gasto (...) sin variar la calidad de la oferta de TVE» y recordó que el año pasado ya se realizó un importante esfuerzo para lograr el equilibrio presupuestario con el ahorro al contribuyente de unos dieciocho millones.

Otra de las interpelaciones a las que fue sometido el presidente de la Corporación hizo referencia a la creciente externalización de la actividad de la empresa pública. A pregunta de la diputada del grupo mixto Rosa Díez, Fernández reveló que en la actualidad trabajan en RTVE 190 empresas privadas que dan empleo a 2.500 trabajadores. Éstas se encargan de áreas tan diversas como la seguridad, la climatización o el mantenimiento de los ascensores hasta la producción de series y concursos para televisión y radio. Luis Fernández defendió esta política estratégica e incluso ensalzó el dato de que la producción propia es mayor ahora que hace año y medio, fecha en la que nació la Corporación. Como botón de muestra puso dos ejemplos: 59 segundos y Club de Fútbol, espacios que fueron privados y que en la actualidad los realizan profesionales de la casa.

El responsable de RTVE también cerró filas en otra cuestión embarazosa formulada por la bancada popular sobre la contratación de altos directivos: 70 nuevos desde enero de 2007. Defendió que se está realizando sobre criterios de «legalidad, eficiencia y profesionalidad» pese al «malestar de los sindicatos y el desánimo de la plantilla», según adujo el diputado del PP José Luis Bermejo.

Por último, la presencia del «estrafalario» personaje de ficción Rodolfo Chikilicuatre en Eurovisión era otras de las cuestiones a las que Luis Fernández tenía que responder. Sin embargo, al final se quedó en nada. Desde las filas del PP acusaron el presidente de RTVE de «hacer el ridículo» y permitir el «bochorno» a todos los españoles; a lo que Fernández respondió que la elección de Chikilicuatre «fue libre y democrática y, encima, un éxito de audiencia».

Finalmente, la habitual discrepancia con la línea informativa del Telediario enfrentó a populares y socialistas. Mientras que el responsable de la Corporación defendió el hecho de que eran los espacios informativos más completos y seguidos por la audiencia, el popular Gerardo Conde se quejó de la deriva arbitraria que han adquirido. Para demostrarlo puso el ejemplo del seguimiento de la crisis económica, que tildó de «absolutamente patética».