Las regiones opositoras a Evo Morales reclaman elecciones anticipadas

Los prefectos de los departamentos del oriente de Bolivia, que se oponen a Evo Morales, rechazaron ayer su participación en el referéndum revocatorio de mandatos a los que deberían someterse el 10 de agosto, tanto ellos como el presidente de ascendencia aymará. En cambio, llamaron al Gobierno a un diálogo condicionado y reclamaron nuevas elecciones sin la participación del mandatario.

Tras el triunfo del 'sí' en la consulta del domingo por el estatuto autonómico del departamento de Tarija, rico en hidrocarburos, los cuatro prefectos que realizaron este tipo de referendos en sus distritos en las últimas semanas -Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija- se reunieron ayer para definir una estrategia común frente a la consulta revocatoria o de ratificación de mandatos a la que deberían someterse por ley el presidente, el vicepresidente y todos los prefectos.

Tras un largo debate, emitieron un comunicado en el que consideraron «legales» las controvertidas consultas realizadas en sus departamentos. Calificaron además de «inconstitucional» el llamamiento del Gobierno central de celebrar un referéndum revocatorio, pedido en el Parlamento por la oposición derechista. Los prefectos anunciaron su decisión de no someterse a ese examen y reafirmaron que «para encontrar una salida democrática y pacífica a la crisis política se deben adelantar las elecciones nacionales sin la posibilidad de reelección de Evo Morales ni de los prefectos».

La posición de los representantes políticos del oriente fue calificada de «golpista» por el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana. «Estas declaraciones dejan caer las máscaras que tuvieron durante los últimos meses», sostuvo el político, quien reclamó a los diputados que inicien un juicio de responsabilidad contra ellos por no acatar la ley. «Están invitando a que el país se divida, se desplome a pedazos», acusó.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, manifestó su «preocupación» por la decisión de los prefectos, que tildó de «retroceso».