Un atentado siega la vida de cuatro soldados y dos civiles de EE UU en Bagdad
Al menos diez personas murieron como consecuencia de un atentado suicida perpetrado ayer en la sede del consejo local del barrio de Ciudad Sadr, un bastión de las milicias chiíes del este de Bagdad, según informaron fuentes oficiales. Entre los fallecidos figuran cuatro estadounidenses --dos empleados del Gobierno y dos soldados- y seis iraquíes.
Actualizado: GuardarLa explosión fue provocada por un terrorista suicida, pero EE UU sostiene que detuvo a dos personas con restos de explosivos cuando trataban de huir del lugar del atentado, lo que implica que habrían colocado el artefacto y lo habrían detonado a distancia.
El estallido se produjo en la sede del consejo local del barrio de Ciudad Sadr, un inmenso distrito de la capital iraquí que aloja a más de dos millones de personas, mientras tenía lugar una reunión para elegir a un nuevo alcalde para este distrito. La zona ha sido acordonada en prevención de nuevos atentados.
Tras la detonación y de forma inmediata, la zona fue acordonada para evitar más incidentes. Militares estadounidenses colaboraron con las autoridades de Ciudad Sadr para, una vez firmada la tregua entre los partidarios del clérigo y el Gobierno iraquí, poder dar a los habitantes del barrio servicios y otros medios de subsistencia que no sean los que reparte, al estilo de Hamás, el movimiento maderista.
Grupos especiales
Los militares estadounidenses han responsabilizado del atentado a los milicianos chiíes que no aceptan la tregua alcanzada entre la milicia de Al Sáder -el Ejército del Mahdi- y el Gobierno y a la que denomina «grupos especiales», financiados y entrenados por Irán, según EE UU.
Según la embajada de Estados Unidos, uno de los civiles muertos trabajaba para el Departamento de Estado -Ministerio de Exteriores- y otro para el Departamento de Defensa. Desde Berlín, la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice, expresó sus condolencias por la muerte de los militares, en una jornada que calificó de «día muy triste» para su país. «Eran personas, de uniforme o de civil, que cumplían un cometido peligroso en Irak», dijo. La muerte de estas personas es «un golpe para todos nosotros», añadió Condoleezza Rice, que refuerza la necesidad de lograr la estabilización de Irak.