«Quiero justicia para los españoles asesinados en el Holocausto nazi»
«De España nunca hemos recibido nada», recuerda el español que impulsa una querella contra ex oficiales de la SS
Actualizado:Quiere justicia para los casi 4.500 republicanos españoles asesinados en tres campos de concentración nazis durante la II Guerra Mundial. A sus 86 años, David Moyano impulsa una querella contra cuatro ex oficiales de la SS que encarnaron la peor cara del III Reich. Desde su casa de Bruselas explica por teléfono su intención: que España reconozca a los miles de republicanos «asesinados por Hitler por defender la libertad».
-¿Qué pretende con su querella?
-Justicia, sólo justicia para los cientos de republicanos que fueron asesinados en los campos nazis y a los que jamás España ha reconocido nada. Antes de morir quiero ver cómo los tribunales hacen justicia con los españoles asesinados en el Holocausto. Lucharon por la libertad y fueron torturados y asesinados por Hitler por plantar cara al más atroz de los regímenes, pero nunca han tenido un reconocimiento.
-¿Cabría pensar que ya sólo le mueve la venganza?
-En aquellos días, después de ver las atrocidades que hacían, seguro que hubiera querido colgar del pescuezo a los SS del campo. Hoy no, sólo justicia, que se sienten en el banquillo por lo que hicieron.
-¿Qué le diría a los jueces que tienen que aceptar la demanda?
-Que cada noche oigo los gritos de los compañeros que vi morir a manos de los nazis, que cada día recuerdo cómo mis amigos españoles se lanzaban contra las vallas electrificadas del campo para acabar con tanto sufrimiento. Y que todavía nadie les ha hecho justicia.
-¿Cuándo llegó a Mauthausen?
-Con quince años me alisté en el Ejército Republicano. Después de la caída de Barcelona tuvimos que pasar a Francia. Con 18 años entré en la Legión Extranjera para combatir a los nazis. A mediados de 1940, cuando trabajaba en la línea Maginot, nos capturaron los nazis. Seis meses después nos llevaron a Mauthausen. Cuando llegamos al campo, el 25 de enero de 1941, los nazis nos desnudaron encima de la nieve, nos dieron un número y nos dejaron bien claro dónde estábamos. Nos dijeron que en Mauthausen se entraba a pie, pero que se salía por la chimenea.
-¿Cómo logró sobrevivir?
-Todavía no lo sé. Quizás porque era muy joven y fuerte. Trabajábamos 18 y 20 horas diarias en la famosa cantera de Mauthausen a 20 grados bajo cero vestidos sólo con un pijama. Era extenuante. Teníamos que acarrear piedras por los 186 escalones que llevaban a la cantera y muchos se tiraron al vacío. Yo pensé varias veces en matarme, pero al final no tuve la fuerza suficiente.
-¿Cuál fue el momento más terrible?
-Todos. Recuerdo las palizas de Gusen [un subcampo de Mauthausen en el que estuvo seis meses]. Allí los guardias eran unos cabrones. Una vez me golpearon hasta casi matarme, me dejaron inconsciente. Cuando me iban a llevar al crematorio, un grupo de españoles me salvó.
-¿Cuándo logró salir de allí?
-El 4 de mayo de 1945, cuando los norteamericanos liberaron el campo. Todos éramos cadáveres andantes, no hubiéramos aguantado más. Que yo sepa, logramos sobrevivir 43 españoles, porque en las últimas semanas nos pasaron a un grupo de trabajo en una cantera civil en la que se comía un poco más.
-¿Y una vez libre?
-Yo no tenía país a donde volver. Franco seguía vivo. Me quedé en Francia. Allí me acogieron. Me declararon ex combatiente y tuve ayudas.
-¿Y de España?
-Los combatientes de la República víctimas de los nazis nunca hemos recibido nada.