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SOLMI. El italiano ha expuesto en museos y galerías de todo el mundo, como el Drawing Center . / LA VOZ
Cultura

Viva La Pepa reabre hoy sus puertas con una gran colectiva de arte pop

La muestra incluye piezas de Federico Solmi, Eugenio Merino, Judas Arrieta, Virginie Barré, Marcos Palazzi, Austí Puig, Hannah Collins y láminas de Christof La galería gaditana apuesta por «un nuevo formato, de aperturas intermitentes»

DANIEL PÉREZ
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José Manuel Garayoa, gerente de Viva La Pepa, cree que el cierre de galerías en Cádiz no es más que «una consecuencia, hasta cierto punto previsible, del crecimiento del mercado del arte, y no de que haya una crisis ni evidente, ni latente, ni continuada». Según Garayoa, la provincia vive asentada en un «cierto pesimismo, como si los galeristas y creadores fuéramos maniácodepresivos, cuando la verdad es que hace unos años hubo una gran eclosión de espacios, y ahora hay gente que se hunde, como ocurre en todos los mercados competitivos».

Partiendo de esta premisa, tan eufórica y «comprometida con la causa», Viva La Pepa reabre esta tarde (20.00) de nuevo sus puertas con la vocación de «cambiar de formato, ya que creemos que la clave está en la intermitencia, aprovechando la bondad de determinados momentos del año».

Por lo pronto, la apuesta inicial es sólida, e incluye algunos nombres propios de prestigio internacional, todos asociados a la reinterpretación o autoexploración del movimiento pop.

El italiano Federico Solmi -una de las estrellas de la muestra- se inspira en la inoconografía pop clásica como punto de partida para sus creaciones, aunque tiende al mestizaje con internet y la industria del videojuego. La crítica ha destacado su capacidad para insistir en una línea satírica «capaz de ridiculizar los principios de la sociedad contemporánea». Sus animaciones han sido proyectadas en algunos de los eventos más prestigiosos de los que se dedcan al arte contemporáneo, como el Drawing Center de Nueva York.

El francés Bruno Peinado se caracteriza por su arte «dúctil» que no exige de estudio, ni taller, ya que prefiere elaborar y desarrollar sus obras en el mismo espacio en el que expone.

Judas Arrieta hace gala de su infancia «inmersa en los dibujos animados» para proponer imágenes que ensalzan el manga hasta el punto de que «parece que un personaje orientalista lo hubiese abducido».

Virginie Barré y su obsesión por la «muerte del autor» reflexiona sobre la violencia y la desaparición del autor «en medio de las corrientes colectivas» también tiene su lugar en la colectiva, junto con Agustí Puig o Marcos Palazzi. El popular Christof estará presente con dos láminas que sintetizan proyectos «en fase de realización». Cubrir un río en Colorado y su pirámide de petróleo en Abu Dhabi.