La frontera de Melilla es reforzada para evitar nuevas avalanchas de inmigrantes

El puesto fronterizo de Beni-Enzar y los casi 12 kilómetros de alambrada que separan Melilla de Marruecos mantienen las medidas de refuerzo por parte de las fuerzas de seguridad, aunque la normalidad es "total" desde que se registró la última avalancha de inmigrantes el domingo por la noche, según la Delegación del Gobierno de la ciudad.

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha anunciado un incremento del número de policías y guardias civiles en dicha frontera, para impedir que se produzcan oleadas como la descrita, cuando el domingo un mínimo total de 110 ilegales en dos tandas -los últimos aprovechando el partido España-Italia- intentaron entrar por la fuerza en España.

Según fuentes de la Delegación del Gobierno, por el momento no hay novedades en cuanto a la veintena de inmigrantes que el Ministerio del Interior está aún tratando de localizar e identificar para expulsarlos a Marruecos. Ocho ya se encontraban ayer acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), pero por el momento "no ha llegado ninguno más", apuntaron las mismas fuentes.

A su vez, las fuerzas de seguridad marroquíes detuvieron ayer a 22 subsaharianos que se habían refugiado en el bosque de Afra, a 20 kilómetros al oeste de Nador, a la espera de emigrar ilegalmente a Melilla, según fuentes oficiales.

Rubalcaba ha asegurado que cuando se produjo la oleada había en la frontera, tanto en la parte española como en la marroquí, "los mismos efectivos que siempre", porque hasta entonces no se había modificado el número. Se ha mostrado confiado en que, con el refuerzo, no vuelva a suceder un hecho así.

Ampliar el período de internamiento

El ministro ha asegurado que para ampliar el plazo de internamiento en los centros de detención no hace falta que se apruebe la Directiva europea sobre inmigración, sino que basta con reformar la Ley española sobre Extranjería. Tal directiva será un avance, afirma.

No obstante, ha reiterado que el Gobierno no tiene intención de ampliar el periodo de internamiento de 40 días a seis meses, sino unos cuantos días o semanas, para tener "más margen de maniobra" y que las repatriaciones pueden realizarse.

Ha explicado Rubalcaba que en España se da "una gran paradoja", porque si en cuarenta días no se produce la repatriación, hay que dejar al inmigrante en libertad, sin papeles.

El ministro ha subrayado, además, que en esa Directiva europea no existe ninguna previsión para repatriar a menores inmigrantes a países distintos a los de origen. "A nadie se le ha pasado por la cabeza jamás semejante barbaridad", ha dicho.

"Sentimientos contradictorios"

Rubalcaba, que ha hablado hoy en Santander en el marco de una conferencia sobre seguridad, no ha sido el único ministro que se ha pronunciado sobre inmigración. También lo ha hecho en otro ámbito el de Trabajo, Celestino Corbacho, afirmando que la valla de Melilla "hay que mantenerla" y seguir con su control, "aunque uno no puede perder de vista lo que está pasando al otro lado y comprometerse a ayudarles".

En casos como éste, prosigue Corbacho, "uno a veces tiene sentimientos contradictorios" y añade que aventurar una cifra sobre el número de irregulares en España "sería un despropósito".

"Por un lado, cuando hay un suceso como la valla de Melilla la primera cuestión que uno tiene que hacer como ejercicio es ver qué hay detrás de esa valla", valora el dirigente. Y lo responde: "Hay seres humanos tan desesperados que están dispuestos a jugarse la vida y perderla en el camino por intentar mejorarla".

A su vez, ha indicado, "si uno es gobernante sabe que no puede abrir la verja porque si abre la verja el problema es que ni tan siquiera el que aspira a mejorar esa condición lo conseguiría".