Otra región de Bolivia reta al Gobierno de Morales y proclama su autonomía
El presidente de Bolivia, Evo Morales sufrió ayer el cuarto desafío en poco más de un mes. Como había ocurrido ya en las regiones de Santa Cruz, Beni y Pando, los habitantes de Tarija, el pequeño departamento de donde se extrae el 85% del gas boliviano, aprobaron el domingo el estatuto autonómico en unas votaciones que el Gobierno central consideró «ilegales» al no haber sido convocadas por el Parlamento.
Actualizado: GuardarLos resultados provisionales no son muy alentadores para el Ejecutivo boliviano porque el 'sí' al estatuto autonómico de Tarija ganó por más del 83% de los votos emitidos. No obstante, Morales, que llamó a la abstención, quiso matizar estos datos y advirtió que a los votantes que se inclinaron por el 'no' hay que sumar un ausentismo estimado de entre el 34% y 36%.
Los autonomistas, cegados por el optimismo, celebraron la nueva victoria, mientras que el portavoz de la presidencia, Iván Canelas, calificó este nuevo desafío de la oposición derechista como «millonario e ilegal». La lucha por las autonomías emergió este año como un instrumento de oposición a Morales, referente de la etnia aymará y líder del izquierdista Movimiento al Socialismo. El presidente ganó las elecciones en 2005 con el 53,7% de los votos. Unos retos planteados como respuesta a la forma de gobernar de Morales. En dos años de gestión, el líder boliviano nacionalizó los hidrocarburos y empujó una reforma constitucional que incorpora las demandas indígenas que son mayoría en este país de 9,8 millones de habitantes, el 67% sumidos en la pobreza.
El nuevo texto constitucional fue aprobado en diciembre por una mayoría simple de delegados oficialistas, pero es desconocido por los gobernadores de los estados más ricos de la zona oriente que iniciaron una campaña por su autonomía. Los prefectos elaboraron estatutos para la administración autónoma de sus recursos naturales, el cobro de impuestos, legislación sobre tierras y mecanismos propios de seguridad interna. El primero en desafiar al gobierno central fue Santa Cruz el 1 de mayo. Le siguieron Beni y Pando un mes después y ahora le ha tocado el turno a Tarija.
En respuesta a la rebelión, Morales lanzó este domingo su campaña para el 10 de agosto, cuando su gobierno y el de todos los prefectos deberá someterse a la ratificación o revocación de mandatos. El presidente confía en que su liderato será ratificado en las urnas, pero no cree lo mismo de los representantes departamentales. Los cuatro gobernadores de las regiones rebeldes y otras que evalúan ir a consultas, se reunieron ayer en Tarija para ver cómo seguir.
No descartan ofrecer a Morales un «acuerdo de reconciliación nacional» a cambio del reconocimiento de la validez de sus estatutos. Ese acuerdo dejaría sin efecto la consulta revocatoria.
Pero por el momento, parece difícil que el presidente lo acepte. «Algunos prefectos no quieren el revocatorio, pues saben que van a perder», alardeó el mandatario. Evo Morales advirtió de que la estrategia opositora podría incluir la renuncia para evitar el rechazo de los votantes. En este clima de enfrentamiento, los analistas temen que el revocatorio, independientemente de su resultado, no sea suficiente para zanjar una crisis política cada vez más profunda.