El líder opositor de Zimbabue se refugia en la Embajada holandesa
Morgan Tsvangirai, líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) de Zimbabue, solicitó ayer refugio en la Embajada holandesa de Harare, aunque, según medios acreditados del Ministerio de Asuntos Exteriores de Amsterdam, aún no ha demandado asilo. Este hecho se produjo el mismo día en el que efectivos de la Policía antidisturbios allanaron la sede de su formación para detener a decenas de personas. Nelson Chamisa, su portavoz, ha señalado que los simpatizantes habían acudido al centro tras sufrir ataques por parte de seguidores de la gubernamental ZANU-PF, el partido del presidente, Robert Mugabe. Fuentes de los cuerpos de seguridad han asegurado que sólo se produjo el arresto de aquellos que «habían cometido delitos» en ciertos disturbios que tuvieron lugar a las afueras de la capital.
Actualizado:El domingo, el MDC anunció su retirada de la segunda vuelta de los comicios presidenciales, previstos para el viernes, debido a la ola de violencia promovida por las fuerzas del orden público, las milicias del ZANU y grupos de veteranos de la guerra de liberación. A lo largo del período electoral, 86 personas han muerto, unas 10.000 han resultado heridas o mutiladas y 200.000 han abandonado su hogar para evitar represalias. Los saqueos y destrucciones afectaron a unas 20.000 viviendas.
En la primera ronda electoral, el partido de Morgan Tsvangirai obtuvo un 47,9% de los votos frente al 43,2% para Mugabe, aunque los opositores calificaron de «fraudulentos» unos resultados hechos públicos un mes después de realizarse la consulta. Tras el anuncio de una nueva convocatoria para dilucidar el vencedor por mayoría absoluta, se intensificaron los ataques contra sus fuerzas, a pesar de la intermediación de Thabo Mbeki, presidente de la vecina Sudáfrica y, tradicionalmente, uno de los principales aliados del régimen.
Entre las medidas represivas, cabe destacar la detención de Tendai Biti, secretario general del MDC, acusado de traición por haber declarado la victoria de los suyos antes de la proclamación de los resultados oficiales, la requisa de sus vehículos y otros recursos, el asalto a los mitines o la imposibilidad de acceder a los medios de comunicación.
Además, el día 6 la Administración prohibió la actuación de las ONG encargadas de la distribución de alimentos, acusándolas de llevar a cabo proselitismo político a favor de sus rivales. Zimbabue se halla sumida en una catastrófica situación económica. La producción de cereales en la última campaña ha experimentado un serio retroceso y, en opinión de los organismos internacionales, cinco millones de sus habitantes se encuentran en situación de hambruna.
Ante el incremento de la intimidación y las agresiones, la Unión Europea y Estados Unidos han amenazado con reforzar el boicot al Gobierno de Harare. Tras una política de silencio sobre la situación en el Estado austral, diversos dirigentes del continente negro han revelado su preocupación por los hechos y denunciado las prácticas arbitrarias del octogenario Mugabe, quien ha llegado a afirmar que no abandonará el poder, incluso en el supuesto de una derrota electoral, acusando a sus oponentes de ser «títeres» del Gobierno británico, antigua potencia colonial.
Tras el anuncio de la retirada de Tsvangirai, el presidente zambio, Levy Mwanawasa, también presidente rotatorio de la influyente Comunidad de Desarrollo del África Austral, ha reclamado la cancelación de la convocatoria, aduciendo que no se podía garantizar un proceso «justo y libre», y pidió conversaciones entre las partes para detener la escalada de la violencia. Esta organización agrupa a los estados del área y mantiene cuatrocientos observadores del proceso electoral de Zimbabue. La Unión Africana, que también mantiene una misión, ha manifestado asimismo su preocupación por la situación «crítica» del país, mientras que la prestigiosa organización de derechos humanos Human Rights Watch expresó con antelación al anuncio del MDC que no existían condiciones justas para la segunda vuelta.