Rajoy quiere recuperar para el nuevo PP a los perdedores del congreso
El primer objetivo del nuevo equipo del PP es recuperar para el proyecto común a los perdedores del congreso, además de proyectar la imagen de un partido unido que enterró en Valencia el hacha de guerra. Lo primero que dijo Mariano Rajoy ayer es que trabajará para ensanchar el apoyo que recibió este fin de semana y volver a ganarse a esos más de cuatrocientos dirigentes que le negaron el voto.
Actualizado:En un primer y significativo gesto de reconciliación, el líder del PP asistirá hoy a la reunión del patronato de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), en el que se sentará con su presidente, José María Aznar.
La nueva dirección del PP estrenó ayer despacho en la sede de la calle Génova y cumplió uno de los mandatos de su jefe de filas, que salgan a la calle y mejoren su comunicación con los ciudadanos. Todos los dirigentes hablaron en distintos medios de comunicación con mensajes coincidentes en busca de la paz interna.
Con la misma intención de cerrar las brechas y curar las heridas abiertas en los últimos meses, lo primero que hizo la secretaria general, María Dolores de Cospedal, fue llamar a la presidenta saliente del PP Vasco, María San Gil, una asignatura pendiente de la cúpula 'popular'. Poco después, en Telecinco, dijo que San Gil es «una mujer del PP». «A María la llevo en el corazón», añadió, y se comprometió a poner todo de su parte para que la dirigente vasca «se sienta a gusto con nosotros». Antes de despachar con Rajoy y con los tres vicesecretarios, Cospedal mantuvo una «intensa» reunión con su predecesor para el traspaso de documentos.
La relación de la nueva 'número dos' y Ángel Acebes es muy estrecha, pues el anterior secretario general fue decisivo para que Cospedal se convirtiese en candidata a presidir Castilla-La Mancha en las últimas elecciones.
En declaraciones a Onda Cero, el líder del PP, Mariano Rajoy, envió un mensaje conciliador a sus correligionarios y se comprometió a trabajar para recuperar la confianza de ese 16,26% del partido que no le dio su voto en el congreso de Valencia.
La sima abierta entre su posición y la de José María Aznar es la primera que debe corregir si quiere dar ejemplo de unidad. Pero no resultará tarea fácil porque la bronca que le propinó el ex presidente del Gobierno adquirió tal relevancia en el cónclave que resulta difícil de disimular.
Disuelta la asamblea de Valencia, el reelegido presidente explicó que «la vida va cambiando» y dijo que «estamos en otro momento de la historia» del PP en el que ha nacido un nuevo partido. Aznar volvió a recuperar su mutismo y Rajoy insistió en que el ex presidente del Gobierno ya no está en la política activa por voluntad propia.
Laminados los 'aznaristas' y sus afines como Gabriel Elorriaga, Carlos Aragonés o Juan Costa, el primer problema interno que se le presenta al nuevo equipo dirigente del PP es la organización de Madrid. Esperanza Aguirre preside un partido y un gobierno con un peso significativo del que Rajoy no puede prescindir. Por eso, ahora quiere firmar con ella un armisticio para una convivencia pacífica.
Las palabras de Rajoy, las de Cospedal y las del portavoz y vicesecretario del partido, Esteban González-Pons, estuvieron ayer dirigidas a la dirigente madrileña para que se sienta más cómoda con el nuevo equipo de dirección, del que forma parte como miembro nato del Comité Ejecutivo. La voluntad de reconciliación parece mutua, pues Aguirre abandonó la posición despechada que adoptó tras el triunfo de Rajoy y declaró su fidelidad al reelegido presidente del partido.
Ayer, Esperanza Aguirre ya no se sintió un «verso suelto», como se definió el domingo durante el congreso. Por el contrario, dijo que tal comentario fue «una broma», prefirió situarse al lado de la nueva dirección nacional y prometió prestar todo su apoyo al equipo recién nombrado.
A diferencia de lo que advirtió el domingo, Aguirre dijo ayer que el objetivo de la nueva etapa será «trabajar para todos los españoles y configurar una alternativa al Gobierno que sea atractiva para un número cada vez mayor de ciudadanos».