ESPAÑA

Los militantes del PSOE plantean casi 6.000 enmiendas a la estrategia de la dirección

El congreso del PSOE será menos movido que el 'popular', pero la discusión interna está garantizada. La ponencia marco que define la estrategia del partido para los próximos cuatro años ha recibido una avalancha de enmiendas inusual en la era José Luis Rodríguez Zapatero. Casi 6.000 propuestas de modificación han presentado las federaciones al documento coordinado por Jesús Caldera. La cifra, común en tiempos de Felipe González, triplica casi a la del último cónclave socialista, celebrado tras la victoria electoral de 2004.

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El secretario de Organización, José Blanco, admitió ayer que muchas abordan asuntos delicados como el aborto, la eutanasia o las relaciones Estado-Iglesia y prometió que todas tendrán respuesta. Pero advirtió: «Lo que vamos a aprobar no es un programa electoral». Blanco optó por interpretar el aluvión de enmiendas como un signo de participación interna; una prueba, dijo, de que, mientras en el partido de enfrente se discute de nombres y reparto de poder, en el suyo se habla de ideas.

Es cierto que en el PSOE nadie cuestiona al triunvirato de Zapatero, Manuel Chaves y Blanco, y que esa inmovilidad resta interés a la renovación de una ejecutiva en la que tiene puesto casi seguro Caldera; la secretaria de Relaciones Internacionales, Elena Valenciano, y la de Economía, Inmaculada Martínez-Piñero. Pero también lo es que muchas enmiendas evidencian un rechazo de la militancia hacia el cambio de rumbo que se ha pretendido dar desde la dirección a ciertas políticas, entre ellas, la de empleo. La apuesta por la 'flexiguridad' no ha gustado. Tanto es así que fuentes de la ejecutiva asumen que se caerá del texto. La ponencia hacía un panegírico sobre este modelo que, 'grosso modo', consiste en rebajar las trabas legales a las empresas para la rotación de trabajadores mientras se potencian los planes de desempleo. Es un concepto de la Estrategia Europea de Desempleo, que el Gobierno no ve con malos ojos. Sin embargo, en el partido levantó ampollas.

Blanco defendió, tras la última reunión que celebrará esta ejecutiva antes del congreso de julio, que el partido debe adaptarse a los cambios sociales. No se trataría de promoverlos, sino de «reconocerlos e impulsarlos». Y uno de los cambios que ha detectado la dirección no es menor. La ponencia aboga por adaptar los objetivos del partido a un sector que no está ya compuesto por clases desfavorecidas sino por una «nueva clase media con fuertes intereses relacionados cada vez más débilmente con valores tradicionales como la solidaridad y la equidad y más con el bienestar individual» .

El 'número dos' del PSOE subrayó en todo caso que el Gobierno nunca dará «un paso atrás» en políticas sociales. Aun así, es la constatación de esa realidad cambiante la que ha llevado a reajustar discursos como el de extranjería. Un asunto que también ha suscitado enmiendas que reclaman combatir la idea de la inmigración como fuerza invasora. Nada que ver con el debate del 36 congreso, en el que barones como Pasqual Maragall, José Bono o Juan Carlos Rodríguez Ibarra se metieron de lleno en la cuestión territorial.