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Historia de los festivales (V)

Tras la localidad de Écija, Morón de la Frontera tomó el testigo de los festivales veraniegos formando parte de ese aluvión de localidades de Andalucía que copiaron el modelo que surgió por vez primera en el Potaje de Utrera. Referencia gastronómica incluida, la cita en Morón se denominó Gazpacho Andaluz y nació gracias al empuje de la emisora local de radio. También coincidió en el destino caritativo de los fondos obtenidos, pues éstos fueron a parar a beneficio de las Hermanitas de la Cruz de la localidad. El primer Gazpacho de Morón tuvo lugar el 31 de agosto de 1963 y se inició con un gran homenaje-recordatorio a la figura local, e inminente figura antigua del cante flamenco, Silverio Franconetti Aguilar, del que García Lorca dijo que en su voz se mezclaba excepcionalmente «la miel de Italia con el limón amargo nuestro». Aquel primer cartel lo formaron inminente figuras entre las que no faltaron Antonio Mairena, Juan Talega, Joselero de Morón, Manolito de María, Fernanda y Bernarda de Utrera, Lebrijano, Perrate, Fernandillo de Morón, Gabriela Ortega, Pepe Ríos, Bambino, Manolo Morilla y Paco y Diego del Gastor, quien por aquellas calendas ya residía en el pueblo sevillano.

JOSÉ MARÍA CASTAÑO
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Tras el éxito obtenido por la primera convocatoria, que tras leer los integrantes del cartel no cuesta imaginar, y como bien reseña el compañero Manuel Martín Martín (autor del capítulo Los Festivales Flamencos. Editorial Tartessos, tomo III): «La comisión asesora formada por grandes aficionados locales consiguieron dotar al festival de Morón de una singularidad en la ediciones sucesivas alrededor de la enduendada e incomparable guitarra de Diego del Gastor, al que se le dedicó la edición correspondiente al año 1967».

Tan importante llegó a ser la figura de Diego del Gastor en su ciudad de adopción que el festival del año 1973 se suspendió al coincidir con su fallecimiento, aunque al año siguiente actuaron todos los que estaban anunciados para aquella convocatoria. En 1974, se homenajeó a Diego del Gastor, al año de su fallecimiento, y se entregó la medalla del Festival a Fernanda y Bernarda de Utrera.

Como ocurre en tantos y tantos casos de nuestros festivales, a veces la falta de entendimiento, la desidia o la falta de fondos hicieron que la cita desapareciera durante cuatros largos años. Hoy día, muchos más apuntalados gracias a las extraordinarias ayudas de los municipios, tema que trataremos en capítulo aparte.