Desfile chino
Actualizado: Guardarl gobierno chino se ha aprovechado del recorrido que realiza la antorcha olímpica de cara a la inauguración de los Juegos el 8 de agosto para dar por sentado que Tibet forma parte de su territorio. Al paso del símbolo olímpico por Lhasa liberó a 1.157 detenidos por «delitos menores», eufemismo con el que Pekín muestra su desprecio hacia los tibetanos que protagonizaron las protestas del pasado mes de marzo. Como si se tratara de una réplica a las manifestaciones contra dicho régimen que en distintos países occidentales acompañaron al recorrido de la llama, el gobierno comunista ha pretendido proyectar la imagen de una situación perfectamente controlada, mientras guarda silencio sobre sus propósitos en relación al diálogo que pareció iniciar con el Dalai Lama. Una actitud que, lejos de respetar los derechos humanos, parece jugar con ellos para reiterar a la comunidad internacional la irreversibilidad de la ocupación de Tíbet.