La espadaña está muy deteriorada. / C. 0.
Jerez

San Mateo pide ayuda a gritos

A pesar de que hace seis años que la nave principal de la iglesia fue rehabilitada y abierta al culto, las capillas ubicadas a ambos lados del templo se encuentran muy deterioradas

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Hay zonas de la ciudad que tienen un encanto especial, que recuerdan a otras épocas y para las que parece que el tiempo se ha parado de pronto en algunos de sus rincones. Sus casas palacio, sus calles estrechas, los pequeños comercios que resisten estoicamente la embestida despiadada de las grandes superficies y de las crisis económicas, alguna que otra casa de vecinos que sigue en pie frente a las nuevas edificaciones donde los apartamentos ganan la partida y siempre una iglesia majestuosa presidiendo el barrio, invitan al visitante a descansar unos instantes en algún bar cercano e imaginar todo aquello que sucedió en sus plazas y calles en otros años ya lejanos.

El barrio de San Mateo es uno de estos enclaves. Esta zona del casco histórico debe su nombre al templo que se levanta junto a la plaza del Mercado, una de las primitivas iglesias de Jerez que el rey Alfonso X El Sabio fundó sobre una mezquita tras la conquista de la ciudad en 1264. Este edificio gótico, de una sola nave, preside dominando un barrio que se va reactivando gracias al empuje de diferentes proyectos de reformas que se están dando en sus calles.

La joya de este rincón del centro, su iglesia, fue sometida a un complejo proyecto de rehabilitación hace seis años que en la actualidad ha permitido que su nave principal -una de las más grandes de España- se encuentre abierta al culto. No obstante, el templo no está plenamente reformado, faltan muchos detalles que aún quedan por perfilar, sin obviar que sus seis capillas necesitan una reforma que les devuelva el esplendor de otros años.

«Para conocer el verdadero estado de la iglesia de San Mateo es necesario verla», comentaba un vecino de la zona. Dicho y hecho. «Lo primero que se puede observar es la gran cantidad de vegetación que hay en la fachada, especialmente en la parte posterior del templo. Allí crecen higueras que están agrietando gravemente los muros y provocan que en invierno o cuando hay fuertes lluvias el agua cale en las capillas», como explica Santiago Zurita, coordinador de la Plataforma Pro-San Mateo.

Las grandes paredes que constituyen la parte de atrás de la iglesia se encuentran cuarteadas e inclusos algunos trozos de fachada caen sobre la calle mostrando los efectos más negativos de la humedad y el paso del tiempo. «Hace unos seis meses instalaron los focos para poder iluminar la fachada, pero aún no se han inaugurado. Nos gustaría que, antes de que esto se hiciera, se limpiara profundamente el exterior del templo», indica Zurita.

Al cruzar el pórtico y entrar en el templo, el retablo que preside el altar mayor -obra de el artista jerezano Andrés Benítez- refleja la grandiosidad de una iglesia donde la Virgen el Desconsuelo y el Padre y Señor de las Penas aguardan la visita de sus fieles. A ambos lados de su única nave hay seis capillas, algunas de ellas cerradas a los feligreses.

«Estuvimos mucho tiempo esperando poder rehabilitar esta zona, además del pórtico, la sacristía y el presbiterio -también se tiraron las construcciones anexas y el embellecimiento de la plaza de San Mateo-. Se nos fueron en ello más de 100 millones de las antiguas pesetas (600.000 euros), aunque bien es cierto que la parte exterior fue arreglada por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía también aportó dinero. Pero nos quedamos sin financiación y las capillas no se pudieron arreglar», se lamenta el coordinador de la Plataforma.

Es más, aún hoy se está pagando el préstamo que se pidió para poder acometer las obras que han dado más esplendor a San Mateo. «Ahora nuestro reto es recuperar la belleza de las capillas, especialmente la del Sagrario, que está en ruina total y con posible riesgo de derrumbe», asevera Santiago mientras señala la cúpula.

Con un retablo rococó y un frontal de altar con azulejos sevillanos del siglo XVIII, fue construida por los hermanos de la Cofradía del Desconsuelo en 1727, y es la zona de la iglesia donde más se ha padecido los efectos de la vegetación que crece en el exterior del edificio. «Es una lástima ver cómo está este lugar. Hay que picar las paredes, porque la cal con la que se blanqueaba se está cayendo, acabar con las manchas de humedades... y para ello nos hace falta un estudio que está elaborando la Delegación de Urbanismo», matiza Santiago Zurita.

Demasiado tiempo llevan a la espera de este informe y la coordinadora comienza a perder la paciencia, por ello «pedimos que aceleren este proceso. Sin estudio no podemos ver cuánto dinero necesitamos para hacer esta obra, no podemos buscar financiación y la capilla del Sagrario seguirá en peligro. Hace un año que se le pidió tanto en nombre de la parroquia como en nombre de la coordinadora a la alcaldesa, Pilar Sánchez, y al delegado de Urbanismo, Juan Pedro Crisol, la ayuda para este proyecto y, sin embargo, hasta el momento no la tenemos».

Hay que picar las paredes del resto de las capillas -en especial la del Misterio- y revestir de ladrillos la cúpula (esta obra no se pudo acabar), sin olvidar la reparación de la espadaña, que «se encuentra en muy mal estado». De hecho, tras subir por una de las torres al tejado de la iglesia se puede observar cómo el campanario de una sola pared que se alza sobre el templo jerezano también está deteriorado, sus paredes están agrietadas. «También nos gustaría que se ensolara el suelo del tejado», añade el representante de la coordinador de la Plataforma Pro-San Mateo.

«Sabemos que los arreglos que se tienen que hacer son caros y por ello necesitamos ayuda. Sólo la capilla del Sagrario, que es la que más nos preocupa, cuesta más de 300.000 euros (50 millones de las antiguas pesetas)», sentencia Santiago, quien no quiere tampoco perder la oportunidad de insistir en que «estamos deseosos de poder continuar con nuestra labor y seguir enseñando este templo con todo su esplendor lo más pronto posible. Por ello hago desde aquí un llamamiento a las autoridades, a la alcaldesa, a el delegado de Urbanismo y a todo el pueblo de Jerez para que nos ayuden».