El PP suaviza la confrontación con los nacionalistas pese al deseo de San Gil
El PP que emergerá hoydel congreso de Valencia tendrá una doctrina mucho más flexible hacia los partidos nacionalistas, sobre todo hacia el PNV, de lo que había deseado la presidenta de los 'populares' vascos, María San Gil. Eso sí, los cambios aprobados ayer en la ponencia política para suavizar las críticas al partido de Iñigo Urkullu no fueron apoyados por la mayoría de los compromisarios del PP vasco, que consideran «equívoco» el nuevo texto.
Actualizado: GuardarLa ponencia política fue aprobada en el plenario con sólo dos votos en contra, pero con la significativa abstención de la mayoría de los delegados de Euskadi. Ninguna enmienda de las 1.135 debatidas la noche anterior llegó a discutirse en el plenario, circunstancia que llevó a algunos compromisarios a interpretar el congreso como un cónclave «teledirigido». La votación eliminó del texto final las referencias al PNV que introdujo María San Gil, quien acusaba a ese partido de tener una actitud «obstruccionista» en la lucha contra ETA y de «no colaborar» en su derrota.
El presidente del PP canario, José Manuel Soria, coautor del texto junto a San Gil y Alicia Sánchez-Camacho, explicó que «no hay una referencia expresa» al PNV, pero sí una alusión genérica a «algunos sectores y fuerzas políticas en el País Vasco», entre ellas algunas «incluidas en el Gobierno vasco» que «apuestan por la derrota del terrorismo, pero cuyos actos desmientan sus palabras» ya que «colaboran de forma insuficiente». La ponencia tampoco hace distingos entre los nacionalistas porque es «sobradamente conocido» que hay en España «partidos que se han situado fuera del marco constitucional» y otros que respetan la carta magna, explicó Soria.
El PP, subrayó, ya demostró en el pasado su capacidad para llegar a acuerdos con los partidos democráticos -en 1996 selló un pacto de legislatura con CiU, PNV y Coalición Canaria- y en el futuro «eso debe ser así siempre que abandonen la deriva soberanista».
Esa solución desagradó a los compromisarios del PP del País Vasco afines a María San Gil. El parlamentario Santiago Abascal explicó que no apoyaron las enmiendas al texto elaborado por su todavía líder porque consideran «un tremendo error eliminar las acusaciones directas al PNV y sustituirlas por una forma equívoca que lo mismo sirve para decir que se les acusa y que no se hace». Abascal y sus compañeros tampoco entienden que la ponencia política «reconozca al PNV el compromiso de sus militantes en la lucha contra el terrorismo, cuando no es cierto». «Me pregunto si se estará pretendiendo dejar una puerta abierta al PNV al no formularle esa acusación directa», concluyó.
Lo que no varió un milímetro fue la doctrina en materia antiterrorista. «No vamos a descansar hasta que ETA sea definitivamente derrotada» y «nunca vamos a ceder a un chantaje o a una negociación con los terroristas», recalcó Soria ante el plenario, que agradeció esas palabras con una ovación. El texto también recoge la conveniencia de alcanzar un nuevo acuerdo antiterrorista y que ese pacto se plasme por escrito.
El PP incluye en su ponencia política una defensa a ultranza de «la unidad de la nación española» y del sistema autonómico. Entre las novedades, hay también una reforma parcial de la Constitución que «garantice la estabilidad del Estado» y establezca el «núcleo básico» de competencias que deberá tener el Gobierno central. Insta asimismo a regular la enseñanza del castellano en toda España y avala la objeción de conciencia de los padres frente a la asignatura de Educación para la Ciudadanía.