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ESPAÑA

Rajoy revalida su liderazgo en un congreso del que el PP sale dividido

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio y José María Aznar se ausentó ayer del XVI Congreso del PP cuando Mariano Rajoy defendió su candidatura. Pero el presidente de los 'populares' no se quedó atrás en su indiferencia y ni siquiera mencionó a su predecesor cuando repartió agradecimientos, con especial dedicación a Ángel Acebes y a los dirigentes del País Vasco.

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La actitud de ambos líderes fue el reflejo de las profundas discrepancias que separan a las distintas almas del partido, que afloraron con nitidez a lo largo de este fin de semana de cónclave en Valencia que dejó revalidado en las urnas el liderazgo de Rajoy con un 84,24% de los votos a favor y un 15,76% en blanco, el porcentaje más alto de la historia de los cónclaves 'populares'.

Antes, el candidato había pedido a los compromisarios un voto «generoso» para que las urnas le concedieran la autoridad del respaldo mayoritario y arrojaran la imagen de un partido unido.

«He procurado presentar una candidatura de todos y para todos», explicó, e intentó cerrar las heridas abiertas en los meses previos al congreso, a las que restó importancia. «No tengo enemigos ni adversarios, todos somos compañeros», aseguró, y prometió «trabajar sin descanso» para que el PP permanezca unido. Hizo un esfuerzo de aproximación a los muchos seguidores del secretario general saliente y volvió a levantar a la audiencia en un aplauso de reconocimiento a la labor de Ángel Acebes. En un gesto similar, tuvo palabras de afecto para el PP del País Vasco, donde anida la mayor sima de discrepancias entre dirigentes después de que María San Gil abandonara su dirección en desacuerdo con la línea que aprecia que seguirá la nueva dirección.

«Los del País Vasco no son unos más», afirmó, y recordó el peligro que todos ellos asumen para defender las ideas del Partido Popular en medio de la extorsión y la amenaza de ETA. «Estamos orgullosos de ser vuestros compañeros, no cambiéis, os necesitamos así, no sois vosotros los que precisáis de nuestra ayuda, somos nosotros, los demás, los que precisamos ese ejemplo de calidad humana, convicción democrática y entrega a la libertad que nos dais todos los días», declaró, y recibió unánimes aplausos, también de los compromisarios vascos.

Además de los agradecimientos escogidos con cuidado, Rajoy aprovechó su larguísimo discurso de presentación de candidatura para replicar a todas las críticas que ha recibido de sus adversarios en los últimos meses, sin olvidar las que, apenas unas horas antes, le había lanzado Aznar en su intervención de la mañana.

«No vamos a renunciar a ninguno de nuestros principios», prometió, y negó el abandono de los planteamientos tradicionales del PP del que ha sido acusado. No obstante, admitió que, tras la derrota electoral «tenemos que cambiar, pero no de ideas, sino de procedimientos». Rechazó los prejuicios, el sectarismo y el «catecismo doctrinario», pero declaró que eso no significa «tibieza o relativismo», como le echaron en cara los 'aguirristas'. «Quiero que el PP sea un punto de encuentro y no un club exclusivo», apuntó tras defender el pluralismo y la necesaria ampliación del partido a todos los sectores de la sociedad.

Dijo que su pretensión es captar más votantes potenciales para el PP con una comunicación más esmerada y ampliar el abanico de asuntos sobre los que fijará la atención de su política de oposición.

«Ni somos monotemáticos ni podemos permitirnos parecerlo», aseveró, y fijó como prioridad la defensa de los intereses de los españoles afectados por la crisis económica, «sin olvidar la amenaza terrorista». Intentó tranquilizar también a los sectores de su partido que se oponen a los pactos con los nacionalistas, en especial, con el actual PNV. Defendió el «diálogo con los diferentes» y anunció que se propone «hablar con todos, salvo con los que utilizan la violencia». Su intención es llegar a pactos con el PSOE, pero explicó que tiene muy presentes los acontecimientos de la última legislatura, la operación de acoso por parte del Gobierno hacia el PP. «No me olvido de nada de los últimos cuatro años», dijo, «pero eso no me impide procurar que el Gobierno haga las cosas mejor en beneficio de todos los españoles». «Un 'no' cobra mucha más fuerza cuando también se sabe decir 'sí'», proclamó.