Fichajes 'galácticos'
El alcalde, Ernesto Marín, se ha rodeado de asesores llegados de fuera de Chiclana: la gerente de Urbanismo, el de Emsisa, el nuevo director del hotel Fuentemar o el nuevo técnico de Fomento eran desconocidos en la ciudad
Actualizado: Guardar«Tendremos con nosotros a los mejores profesionales sin importar de dónde vengan». Esto decía el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín (PP), a los pocos días de ser nombrado de forma oficial regidor municipal con los votos de sus socios de gobierno, IU, PA y PSA. En este primer año de gobierno del cuatripartito, buena parte de los asesores y nuevos altos cargos que ha contratado el Ayuntamiento (los presupuestos contemplan una previsión de 29 cargos de confianza en total), proceden de fuera de Chiclana, y sus nombres y trayectorias profesionales no eran muy conocidas por la mayoría de ciudadanos hasta que asumieron el puesto.
El caso más sonado fue la contratación de la nueva gerente de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Arantxa Montero, vasca de nacimiento, y que ocupaba hasta su llegada a la ciudad el mismo cargo en el Consistorio de San Roque. Montero vino avalada por una amplia experiencia en materia urbanística, y nada más llegar ratificó su carácter de «trabajadora incansable», según Marín. La polémica sobre su nombramiento tuvo que ver con la asignación económica que le corresponde, en torno a 106.000 euros anuales, que desde la oposición se tildó en su día de «exagerada».
El segundo gran fichaje estrella que realizó el gobierno municipal fue el del nuevo gerente de la empresa pública de vivienda, Emsisa. Cesado el anterior responsable de este organismo, Gonzalo Milleras, la delegada de Vivienda, Teresa Ruíz-Sillero, avaló la llegada de Javier Morillas, un ingeniero naval de 30 años y sin experiencia en la administración pública, que desde hace nueve meses dirige los destinos de una empresa municipal que gestiona al unísono la radio municipal y el hotel Fuentemar.
Hotel Escuela
Pero las incorporaciones foráneas en puestos de alta responsabilidad no terminan ahí. El propio Hotel Escuela Fuentemar ha sido el último en recibir jefe tras el despido del anterior director, Antonio Ramos, hombre que el cuatripartito vinculó con el PSOE. El nuevo responsable del Fuentemar es Lucas Flores, jerezano de 40 años, que cuenta con una amplia experiencia en el sector turístico pero que carecía a su llegada de conocimientos sobre el funcionamiento de este establecimiento hotelero, directamente vinculado con la formación profesional ocupacional desde hace años en Chiclana.
Estos tres fichajes se han visto completados con las incorporaciones de varios asesores más de confianza procedentes de fuera de la localidad o poco vinculados con el municipio. Es el caso de Andrés Galindo, militante de IU y maestro de educación física, que acaba de dimitir por un presunto delito de resistencia a la autoridad; o de David Lucía, último fichaje galáctico de Marín y vinculado a Fomento, que fue vicepresidente primero de la Asamblea de Melilla y concurrió a las elecciones municipales de 1999 por el GIL. Sólo el director de la Casa de Cultura, Jesús Romero, los periodistas del gabinete de prensa o la secretaria del alcalde entre otros, eran profesionales conocidos por su trabajo en Chiclana.
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