El verano, de estreno

Aunque los cielos despejados y las altas temperaturas no dejan lugar a dudas, ha sido a las 1,59 horas de la madrugada de hoy, sábado 21 de junio, cuando ha dado comienzo de manera oficial el verano en el hemisferio norte, según establece el convenio astronómico. La estación más larga del año durará 93 días y 15 horas, hasta el próximo 22 de septiembre, cuando se iniciará el otoño, según datos del Observatorio Astronómico Nacional.

El convenio de una nueva estación lo determinan aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el verano, su inicio se da el día en que el Sol alcanza una altura mayor sobre el horizonte, lo que corresponde al día de mayor duración del año (el tiempo que transcurre entre la salida y la puesta del Sol en un lugar dado).

Por ejemplo, en Madrid, la jornada de hoy tendrá 15 horas y 3 minutos de luz, mientras -que el día más corto este año, el 21 de diciembre, durará 9 horas y 17 minutos, es decir, casi seis horas de diferencia. Además, el pasado sábado 14 de junio, fue el día en que el Sol salió más pronto, y el próximo 27 será el que se ponga más tarde.

Otra circunstancia se da también en esta época: el día del afelio, es decir, el día en que el Sol y la Tierra están más alejados entre sí a lo largo del año, causa de que la Tierra orbite más lentamente durante el verano (según la tercera ley de Kepler) y por lo que la duración de la estación es mayor. El alejamiento máximo tendrá lugar el próximo 4 de julio, siendo la distancia de algo más de 152 millones de kilómetros, unos 5 millones de kilómetros más que a principios de enero, cuando la distancia al Sol alcanza su mínimo anual.

Habrá dos eclipses, pero en España sólo veremos uno

A lo largo de este verano habrá dos eclipses. El primero tendrá lugar el 1 de agosto y será un eclipse total de Sol visible en el Norte de Europa, Asia y el extremo Norte de Norteamérica. Vendrá acompañado de uno parcial de Luna dos semanas más tarde y que será visible en España la noche del 16 al 17 de agosto. Por otro lado, el próximo 9 de julio, el Sol, la Tierra y Júpiter estarán casi en el mismo plano, por lo que desde Júpiter se podría apreciar un tránsito de la Tierra por delante del Sol.

La primera luna llena del verano se dará el 18 de julio, seguida de otras dos el 16 de agosto y 15 de setiembre. Durante esta época se podrá observar Júpiter al amanecer hasta mediados de julio. Al atardecer, y hasta mediados de agosto, se verán Marte Júpiter y Saturno y a mitad de julio también podrá verse Venus. El día 10 de julio se producirá el máximo acercamiento anual de Júpiter a la Tierra, alcanzando un diámetro de 47,3 segundos.

En cuanto a las lluvias de meteoros, las dos más intensas durante el verano son las delta Acuáridas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 30 de julio, y la más famosa del verano, la de las Perseidas, cuyo máximo se da alrededor del 12 de agosto, aunque la cercanía de la Luna llena con el máximo de las Perseidas hará que éste no sea un año óptimo para su visión. Se recomienda observar desde un lugar oscuro y hacerlo después de que la Luna se haya ocultado, hacia las tres de la madrugada.

Además, alrededor de la estrella Polar se verán las constelaciones de Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas. De este a sur y oeste se verán Pegaso, el Aguila, la Coronal Boreal y la Cabellera de Berenice. Cerca del horizonte, se podrá contemplar algunas de las constelaciones zodiacales, de la Virgen a Acuario, esta última ya cerca del amanecer. Entre las estrellas más brillantes visibles en esta época destacan las que constituyen el 'triángulo veraniego': Altair (en el Águila), Deneb (en el Cisne) y Vega (en la Lira).

Se podrá observar el relieve de la Luna

Con grandes prismáticos o un pequeño telescopio y dotados de un filtro lunar adecuado, se podrá observar también el relieve de la Luna. Mientras que con noche oscura por luna nueva se puede intentar ver nebulosas de emisión, como la Laguna, Omega o la Trífida, y nebulosas planetarias como el Anillo en la constelación de Lira o las Pesas en la Raposa. Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada de la Vía Láctea.

A comienzos de este año apareció la primera mancha solar con polaridad magnética del nuevo ciclo solar, el número 24, aunque siguen apareciendo manchas del ciclo anterior. Se trata por tanto de una época de transición entre dos ciclos (cada uno dura unos 11 años), que corresponde a un periodo de baja actividad magnética. A lo largo del año se afianzará el nuevo ciclo y el número de manchas (y actividad) irá aumentando de manera gradual.