Parones intermitentes y estrenos

las 11.00 de la mañana de ayer las cintas que transportan la remolacha desde las tolvas de recepción al interior de la azucarera apenas habían empezado a funcionar. «Después de un año, cuesta que la fábrica eche a andar», explicaba Francisco Hernández, jefe de cultivos. Este año, además, con las obras que se han realizado en el cuarto de azúcar-donde se turbina la materia prima y cristaliza el azúcar, y que se estrenaba también ayer- aún iban con más cuidado en el arranque, ya que «todo el sistema está conectado, y si hay algún parón en una parte del proceso hay que frenarlo todo». Con parones intermitentes, y con camiones que descargaban en las tolvas o el suelo -para que luego las palas añadieran la remolacha al ritmo que demandara la maquinaria-, la campaña dio comienzo mientras un poco más alejados los operarios trabajaban en la construcción del nuevo laboratorio de análisis de muestras que sustituirá en la próxima campaña al de Guadalcacín. Eso sin olvidar las obras que se llevan a cabo para poner en marcha la refinería de azúcar a partir de 2009.