Licencia para soñar

No sé quién está más ilusionado con la noticia. Puede que el propio Morales, que llevaba meses diciendo que estaba deseando deshacerse del Xerez, porque no le traía más que quebraderos de cabeza y porque no podía hacer frente a la sangría económica que le suponía. O puede que los jugadores, que llevan unos cuantos meses sin cobrar por culpa de las telarañas que poblaban las arcas de la entidad y que ahora ven más cerca el dinero.

O puede que la alcaldesa, que, diga lo que diga, nunca mantuvo precisamente un idilio con Morales y llevaba ya tiempo abogando por un cambio en las riendas del club. O puede que la afición sea la que está más contenta, porque quizá ahora pueda disfrutar, de una vez por todas, de un proyecto deportivo serio y con aspiraciones mayores que las que había hasta ahora. Seguro que más de uno ya sueña con fichajes de renombre y que permitan al Xerez subir un peldaño más en sus objetivos.

O puede que sea el propio Francisco Garrido, el comprador. Sería lógico también, porque se supone que de no ser así no habría adquirido la entidad azulina.

En definitiva, que todos estamos contentos con la operación anunciada ayer por Joaquín Morales. Ahora sólo queda que no suceda como en ocasiones precedentes, en las que las ilusiones tardaron poco en hacerse añicos. Hay licencia para soñar.