Alonso pone la directa para subir al podio en el Gran Premio de Francia

Rodeado de acontecimientos deportivos que insuflan ánimos en el aficionado español al deporte -la selección de fútbol en cuartos de final, Nadal presto al desafío de Wimbledon, Contador reciente vencedor del Giro, Gasol y su anillo inalcanzado con los Lakers, los moteros en Inglaterra- Fernando Alonso intenta impulsar este fin de semana en Francia, circuito de Magny-Cours, su desdichada temporada en Renault. Parece decidido a exprimir una estrategia más agresiva, a todo o nada, que lo lleve al podio o al abandono. Se ha cansado de séptimos y octavos puestos.

El destino de la campaña se retrata en las declaraciones del asturiano, que han ido subiendo de tono a medida que crecían los malos resultados. Él falló en Mónaco al intentar pasar a Heidfeld en un lugar imposible, entiende que su equipo se equivocó en Montreal y de esas dos retiradas han surgido manifestaciones apremiantes, muy del estilo de la Fórmula 1 y, por ende, de Alonso.

«Podía ganar y hemos tenido un error tremendo de estrategia», dijo el asturiano en Canadá. «Habrá que tomar una decisión en las dos próximas carreras: si continuar con el desarrollo del R28 o pensar en el coche de 2009», comentó a la BBC en este intervalo. Si nos atenemos a esas palabras, Magny-Cours será la primera bola de partido para conocer el futuro de Alonso en Renault. Y Silverstone, en Inglaterra dentro de dos semanas, la segunda.

Competitivo por naturaleza como es, el ovetense no quiere seguir acumulando posiciones de relleno en la parrilla. La mejoría del monoplaza, evidente desde la cuarta carrera del Mundial en Barcelona, no se ha plasmado sin embargo en resultados potentes. Siempre queda la sensación de que Ferrari, McLaren y BMW viajarán en primera clase y que el asturiano sólo puede aspirar al séptimo escalón si no hay apéndices el domingo, tipo lluvia, accidentes, coches de seguridad y así.

Un salto adelante

Desde Renault se sigue alimentando la esperanza del desarrollo tecnológico. Las mejoras aerodinámicas, nuevas suspensiones, etc, etc Pero la palabra que fluye por encima de la propaganda es agresividad. Lo dice Pat Symonds, el ingeniero jefe de la escudería. «No tenemos dudas de que vamos a tener que trabajar muy duro para mantener el nivel de competitividad alto, pero tenemos un programa de desarrollo agresivo para el resto de la temporada». Y también lo dice Alonso: «Prefiero arriesgar y abandonar que conformarme con ser séptimo u octavo». La agresividad podría interpretarse como inversión financiera, algo que no cuadra en la historia económica de Renault, un equipo de mitad de la tabla en infraestructuras. Más normal parece el cambio de dinámica en las clasificaciones del sábado. Poca gasolina en el tanque y más escalones por delante en la parrilla. Y luego, a rezar, pero desde los primeros puestos.