Un viejo conocido de la justicia española
Luis Miguel Rodríguez Pueyo está considerado uno de los cabecillas del secuestro de Ávila
| Actualizado:Luis Miguel Rodríguez Pueyo es uno de los nombres que suenan con más fuerza como cabecilla y artífice del secuestro de Rafael Ávila. El conocido como hombre de los disfraces, fue uno de los detenidos junto a al menos nueve personas más durante el día de ayer, aunque poco más ha trascendido al respecto. Este viejo conocido de la justicia española tiene por costumbre acudir a sus citas judiciales ataviado con algún curioso disfraz, con lo que tampoco ha logrado nunca pasar desapercibido ante los medios de comunicación.
Una de sus condenas más sonadas fue la que lo relacionó con el famoso caso Arny, por el que afrontó la pena de un año de prisión y una multa de doce meses, acusado de organizar orgías que luego se grababan y exhibían en el pub Arny, y en las que participaban menores de edad. Pueyo ha pisado también la cárcel en varias ocasiones por participar en estafas millonarias, dentro de las que destaca el intento apropiación de 60 millones de las antiguas pesetas de los almacenes FNAC.
Una de las últimas investigaciones policiales sobre su persona puso al descubierto una importante estructura que incluía un sofisticado equipo electrónico de falsificación de documentos, donde los agentes se hicieron con pruebas que le relacionaban con hasta nueve fraudes recientes. Otra de sus implicaciones más famosas, de hecho, fue la de la desaparición de Publio Cordón, cuando se acusó a Pueyo de proporcionar al empresario zaragozano un pasaporte falso por 200 millones de pesetas.
Tampoco se puede pasar por alto su vinculación con el caso Nani, que trató la desaparición del delincuente Ángel Corella a manos de miembros de una mafia policial. El ahora detenido actuaba en varios de sus fraudes con el aristócrata Jaime Messía Figueroa, quien declaró durante su huida que él enterró al Nani. Una vez llevada a cabo esta confesión, fue Rodríguez Pueyo quien dio a la Policía el nombre de tres pantanos en los que aseguraba que e escondía el cuerpo de Corella, que nunca fue encontrado.