«Mi hermano se encuentra bien, dentro de lo que cabe»

José Manuel relató cómo la Policía avisó de madrugada a la familia informándoles de la liberación de su hermano, por lo que todos los miembros de ésta decidieron reunirse de inmediato en el domicilio paterno para esperarlo con impaciencia. En cuanto llegó Rafael, todos le dieron «un abrazo llorando», tras lo que fue a ducharse y a prepararse para descansar.

A pesar de que los suyos percibieron cierto deterioro en su aspecto, lo cierto es que el empresario no sufrió daños físicos durante su cautiverio y ahora lo que más les preocupa es el aspecto emocional, por lo que también contará con tratamiento psicológico. En concreto, el portavoz familiar ha especificado que se encuentra «bien, dentro de lo que cabe», y algo atrofiado por el tiempo que ha pasado sin moverse, aparte de las magulladuras que presenta por haber permanecido encadenado.

Otra de las cuestiones que confesó fue el hecho de que se llevaran a cabo las negociaciones con los raptores a espaldas de la Policía, algo que justificó por la constante amenaza que padecían y el peligro que corría la vida de su hermano.

La esposa de Rafael Ávila rompió su silencio ayer para certificar que ella había sido una de las primeras personas en hablar con su marido tras la liberación. De forma escueta, insistió en que el empresario se encuentra bien, agradeciendo el trabajo realizado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.