España en el mundo
El presidente del Gobierno pronunció el lunes una solemne conferencia en el marco del Museo del Prado bajo los auspicios del Real Instituto Elcano titulada El interés de España: una política exterior comprometida, con un presentador de excepción, el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, uno de los más entusiastas patrocinadores de la Alianza de Civilizaciones, concepto que, aunque ahora ya enmarcado en su contexto realista, sigue siendo un referente de la proyección internacional de Zapatero.
| Actualizado: GuardarLos medios han subrayado que el jefe del Gobierno español aseguró al comienzo de su intervención que la política exterior será «prioritaria para la acción del Gobierno» y que «contará además con el permanente impulso de su presidente». Afirmó además que le será más fácil hacerlo en esta legislatura que en la anterior, «a pesar de las dificultades económicas que atravesamos». No explicó por qué, pero las razones son obvias: dejando al margen que, hasta ahora, todos los presidentes del Gobierno han dedicado su primera legislatura a la política interna de forma prácticamente monográfica y han desarrollado una gran actividad exterior a partir de la segunda, es claro que la ejecutoria de Zapatero quedó muy marcada por la retirada súbita de las tropas de Irak, una decisión que fue lógicamente irrevocable ya que había constituido una de las promesas electorales centrales durante la campaña previa a las elecciones del 2004, que le enemistó incluso personalmente con Bush y sesgó toda la ejecutoria posterior de su gobierno. Además, Europa estaba en un completo impasse, resultaron fallidos ciertos acercamientos a los sectores aparentemente progresistas de Iberoamérica y el propio Zapatero tuvo que sacar adelante una legislatura de gran intensidad, que, además de ser escenario de un voluminoso caudal de propuestas legislativas, hubo de abordar una complejísima reforma territorial y el llamado proceso de paz. La legislatura actual, en cambio, con un nuevo presidente en la Casa Blanca y con una España más absorta en los asuntos corrientes que en las grandes reformas, será en efecto más propicia a una dedicación exterior que es, además, necesaria e inaplazable para que este país alcance más relieve en el concierto internacional. Zapatero ya ha anunciado tres giras por África, tres por Asia y un «alto ritmo» de visitas a Iberoamérica. También viajará por primera vez al Próximo Oriente. La conferencia de Zapatero ha remarcado la voluntad de liderazgo español en la UE, en sintonía con Francia y Alemania, países que han recuperado el pulso después de sendos declives y que están realmente interesados en que el espacio europeo prospere y se consolide. El 'no' irlandés vuelve erigir obstáculos incómodos a este designio, pero con más motivo será necesario el esfuerzo expreso de los principales líderes para apartar la tentación de incurrir en un nuevo marasmo y adoptar decisiones positivas que alejen el riesgo de una Europa a dos velocidades, como querrían los euroescépticos.
Los demás vectores anunciados por el presidente no son nuevos pero sí van a abordarse con más énfasis, si hay que creer en sus palabras. Entre sus objetivos están alcanzar el prometido 0,7% del PIB para cooperación al desarrollo; abordar globalmente el problema mundial de la energía, impulsando la creación de una Agencia Internacional de Energías Renovables; auspiciar una política europea común de inmigración que haga digerible y fecundo el fenómeno imparable; procurar que se destinen más fondos comunitarios al Mediterráneo, que se plasmen en proyectos concretos, y seguir trabajando por un acuerdo de paz en el Sahara; promover una campaña internacional para abolir la pena de muerte o lograr una moratoria permanente.
La propuesta de Zapatero es plausible porque afirma las posiciones tradicionales de nuestro país e introduce elementos novedosos que pueden contribuir a otorgar a nuestro país la visibilidad que requiere como potencia económica de primer orden y agente activo del proceso global. Ha faltado, quizá, en el discurso presidencial una llamada a las fuerzas de oposición para generar amplios consensos sobre estas materias que forman parte del núcleo constitucional y deben ser siempre planteadas a largo plazo.