Ni Sevilla ni Hércules se dejaron ganar

Todo lo que ocurrió alrededor de la pena máxima que Abraham Paz ejecutó en el José Rico Pérez, tan sólo unos segundos antes de que el árbitro pitara el final de un partido que enviaba de nuevo al Cádiz a Segunda B, quedará grabado a fuego en la mente de los cadistas. Fueron instantes confusos, de los que los aficionados sacaron todo tipo de conclusiones de los gestos de los protagonistas del lance. De todas las interpretaciones de la jugada, Abraham Paz quiere destacar especialmente una de ellas. «Yo no hablé con el portero. César tampoco habló con él y a mi sólo me dijo que tuviera suerte. El portero no tenía ninguna intención de dejarse marcar como me han dicho algunos. Se tiró para donde yo lancé y cuando el balón dio en el palo, lo celebró como si fuera una victoria», explica Paz.