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INTUICIÓN. León dice que siempre supo que el Luisma sería «una bomba». / LA VOZ
PACO LEÓN ACTOR

«Toda mi familia viene del circo»

'Aída' colgó ayer el cartel de fin de la temporada con la esperada unión entre el Luisma y la adorable Paz

MERCEDES RODRÍGUEZ
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No es fácil que un personaje llegue a trascender la pantalla. Paco León lo ha logrado con el de Luis Mariano, el Luisma de Aida. La chispa entre él y Paz, la prostituta de gran corazón del barrio donde vive, se encendió ayer, en el último capítulo de la temporada. Continuará.

-¿Cuál es el secreto de 'Aída'?

-Creo que todos nos podemos identificar con esas dificultades, y a la gente le gusta esa actitud de humor y pa'lante en medio de los problemas. El público también agradece sentarse al televisor los domingos por la noche y coronar la semana con unas risas.

-Dicen que los mejores escritores o guionistas están en la televisión...

-Y los mejores actores. La televisión es una industria que hace mucha producción de series de cierta calidad. Aquí están el dinero, los actores y los guionistas.

-Hay un hervidero de títulos nuevos, pero pocos triunfan...

-El mercado de la parrilla televisiva es salvaje, una jungla en la que todo el mundo está pendiente de los numeritos del share (cuota de audiencia). Hay productos que necesitan más tiempo para ser conocidos, e intervienen en su asentamiento contra quién compitan y la contraprogramación. Es la ley de la selva, sobreviven unos pocos e inmerecidamente desaparecen otros.

-Luisma es una de las claves del éxito de 'Aída'.

-Es un noviazgo maravilloso. Desde el casting me enamoré del personaje, lo vi clarísimo, era un bombón que podía convertirse en una bomba y, efectivamente, lo ha sido. Afortunadamente tenemos parones que me permiten oxigenarme y hacer otras cosas.

-También puede ser un arma de doble filo que le deje anclado.

-Ahí está la responsabilidad de cada uno de hacer bien el papel y mostrar sus diferencias. Es un personaje muy mediático, pero merece la pena correr ese riesgo. Nunca he tenido un personaje que llegue de esa manera, así que hay que llevarlo a gala.

La estela de Belén

-¿Seguiría otros cuatro años?

-Sí, hasta que me canse. Cuando ya no le encuentre la gracia podría dejarlo, pero es que cada guión nuevo me sorprende, se convierte en un reto porque a veces me cuesta saber cómo interpretar esas locuras que escriben. Ahora vamos a ver a Luisma en pareja, con su amor, Paz, con la paternidad. Él quiere sentar la cabeza pero no le sale. Y no será fácil que su amor sea una prostituta. Va a querer sacarla de la prostitución. Habrá muchos enredos.

-¿Se nace con esa vis cómica?

-Para la comedia es indispensable tener oído rítmico, algo musical. Eso lo tienes que tener, y después también se aprende con técnicas. Yo me considero un cómico, aunque pueda hacer de otras cosas, porque vengo de una familia en la que mi tío abuelo fue payaso y mis primos también, toda una familia de circo.

-¿Puede hablarse de una escuela andaluza de actores con rasgos específicos?

-Sí. En el Centro Andaluz de Teatro, que luego se cerró, se formaron una generación de actores andaluces que están actuando ahora en cine, televisión y teatro. Somos muchos, una proporción altísima. Entre otros Alex D'Ogherty (Camera café), Paco Tous, Mariano Peña... Hasta Paz Vega era de esta escuela.

-Ahora rueda una película a las órdenes de Joaquín Oristrell. ¿Cine y teatro son ya vasos comunicantes?

-Fue Belén Rueda quien rompió esa división, esa barrera entre cine y televisión. La apuesta de Luis San Narciso porque ella protagonizara 'Mar adentro' fue un paso muy importante, cambió muchos esquemas y permitió a muchos abrir la mente y pensar que se puede cruzar ambos lados.