Cuando los fármacos se convierten en necesarios para estudiar
Cuando todo el mundo descansa, ella aprovecha para estudiar. Se llama Rocío Gómez y es una joven estudiante de Derecho. Aunque confiesa que es una carrera que le apasiona y motiva, reconoce que en época de exámenes necesita acudir a los medicamentos para esforzarse al máximo en sus estudios. «Sé que puede sonar a tontería pero llevo desde bachiller enfrentándome a los exámenes con medicamentos, y ahora no me planteo prepararmelos de otra manera». Cuenta haber probado muchos complementos vitamínicos y otro tipo de estimulantes recomendados por sus amigos.
| Actualizado:Su rutina cuando llega la hora de hincar los codos es estudiar por las noches y dormir durante el día. «Me convierto en un búho, son las únicas horas en las que me concentro de verdad, sin ruídos de tráfico, ni de vecinos». Para aguantar despierta Rocío prepara cada noche lo que ella misma denomina como «cóctel explosivo». «Ahora mismo me estoy tomando unas ampollas que se llaman Dememory y conforme transcurre la noche también bebo café, Red Bull, Coca-Cola y fumo tabaco». Por si fuese poco, esta estudiante comenta que en ocasiones llega a ponerse muy nerviosa con tanto estimulante, tanto que, según cuenta «necesito consumir otras sustancias que no te voy a decir».
«La vez que peor lo pasé fue en un examen oral al que fui sin dormir y muy nerviosa. Me quedé totalmente en blanco a pesar de que me sabía todo el temario». Esta universitaria cuenta que en épocas de exámenes los nervios le hacen perder el apetito. «Es algo que no me preocupa demasiado porque las pastillas que me tomo tienen toda clase de vitaminas, y eso compensa», comenta la estudiante. Esta futura abogada reconoce que no es la mejor forma de sacarse la carrera pero dice estar convencida de que ella nota los efectos y que seguirá tomándolas mientras le funcionen.