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Dublín pide ayuda a los socios de la UE para hallar una salida tras el 'no' al Tratado de Lisboa
Los ministros de Exteriores se reúnen hoy para analizar la crisis irlandesa
| Actualizado: GuardarEl primer ministro irlandés, Brian Cowen, expresó ayer su deseo de que los líderes europeos ayuden a su país a encontrar una fórmula para desactivar la victoria del 'no' en el referéndum sobre el Tratado de Lisboa. «Quiero que Europa contribuya a proporcionar algunas de las soluciones en vez de que esto sea un problema únicamente nuestro, aunque acepto que Irlanda tiene una situación de la que tenemos que ocuparnos», afirmó el 'taoiseach' a la cadena de radio RTE. Las instituciones continentales tendrán hoy la primera ocasión para analizar en profundidad las consecuencias de la consulta en una cumbre de ministros de Asuntos Exteriores en Luxemburgo.
Tras manifestar su convicción de que el futuro de Irlanda se sitúa en «el corazón de Europa», Cowen abogó por sentarse «con un sentido de solidaridad y cooperación» con el resto de miembros de la UE para trazar un camino a seguir. «Está claro que si las cosas se quedan como están, el Tratado de Lisboa no puede ser ratificado. Ésa es la posición constitucional irlandesa», resumió el 'taoiseach'.
Adhesiones retrasadas
Aunque la cumbre estaba convocada desde hace semanas para tratar otros asuntos que afectan a los socios comunitarios, la cita de hoy se verá monopolizada por el 'no' irlandés. En principio, el cometido de este Consejo de asuntos generales y relaciones exteriores (Cagre) es preparar la conferencia de jefes de Estado y Gobierno que se celebrará en Bruselas tres días después y que ha pasado de ser un encuentro rutinario sin grandes novedades a convertirse en un cónclave de crisis.
Desde que se conoció el resultado del referéndum irlandés se han multiplicado los llamamientos de los responsables europeos para que continúe la ratificación parlamentaria del tratado en los ocho países que todavía no la han concluido, entre ellos España, el Reino Unido o República Checa. Así lo han reclamado el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el primer ministro esloveno y presidente de turno de la UE, Janez Jansa, y, en una declaración conjunta dada a conocer el mismo día del recuento irlandés, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
De momento, ese compromiso formal de no paralizar las ratificaciones es la única respuesta a la crisis que puede esperarse de las citas de esta semana. En cualquier caso, los preparativos para la puesta en marcha a partir del 1 de enero de 2009 de las disposiciones institucionales del nuevo tratado van a sufrir un parón. Hasta el calendario de la ampliación -Croacia es el primero en la lista de espera- puede registrar un retraso. El punto más preocupante, sin embargo, es la posibilidad de que algunos países aprovechen la crisis para descabalgarse del proceso de integración.