Bancos y cajas necesitan financiación con urgencia para alimentar la inversión

Bancos y cajas necesitan financiación con urgencia para alimentar la inversión que precisa la economía española en estos tiempos de dificultades. Los depósitos de los clientes -tradicionalmente su principal, y más barata, fuente de dinero-han dejado de crecer. A corto plazo, los recelos han hundido el interbancario, y el recurso al Banco Central Europeo alcanzó máximos el pasado mayo. Además, las entidades tienen que hacer frente al vencimiento de la deuda que colocaron en tiempos de bonanza y las recientes emisiones -unos 20.000 millones de euros- resultan insuficientes.

Por todo ello, desde organizaciones empresariales como la Asociación de Banca Privada se pide a las autoridades -locales y europeas- que hagan cuanto esté en sus manos por acabar con la sequía de los mercados monetarios y de deuda a los que acudían a financiarse. La gravedad de la situación no está tanto en el precio como en la ausencia de prestamistas y en la no discriminación entre 'buenos' y 'malos' que se practica en los mercados, dicen.

Las entidades españolas no se vieron directamente afectadas por el vendaval de la crisis de las hipotecas 'basura' norteamericanas. Puesto que tenían el negocio en casa -donde el crédito se expandía a tasas del 35%-. La vigilante labor del Banco de España hizo el resto.

Pero la desconfianza que se ha extendido a escala mundial en los mercados afecta a bancos y cajas por dos vías: porque la desaceleración económica ha impedido el aterrizaje 'suave' del sector inmobiliario español -uno de sus principales clientes, a través de promotores y usuarios de hipotecas-y por las enormes dificultades para captar financiación.

En el mercado interbancario, las entidades recelan unas de otras y la que tiene liquidez se la guarda para cubrir sus propias necesidades. En el de deuda, no se toma en cuenta, por ejemplo, que el deudor hipotecario español responde con todo su patrimonio o que la morosidad de nuestras titulizaciones es la más baja de la zona euro después de la de Holanda.

Los depósitos no crecen

El sistema bancario español, basado en una tupida red de sucursales, sigue contando con los depósitos para financiar la actividad crediticia. Y lo cierto es que el dinero se mueve, pero el total no aumenta. Los últimos datos, correspondientes a marzo, indican que, en la banca, los depósitos aún soportan el 78% del total de los préstamos a clientes, si bien esa proporción está cayendo.

Como reconocía el secretario general de AEB, Juan Pablo Villasante, la nueva 'campaña' de depósitos bien remunerados sólo consigue que los usuarios se muden de una entidad a otra. La hucha no da para más, y el saldo no sube. Por añadidura, el dinero que llega a los depósitos es el que sale, escaldado por las pérdidas, de los fondos de inversión.

Los recelos -y la carestía- ha llevado a bancos y cajas a alcanzar una proporción récord en su recurso a la financiación que el BCE aporta en las subastas semanales de crédito. El pasado mayo se llegó a los 47.879 millones, el doble que en el mismo mes del año anterior. En ese periodo los fondos concedidos al total de las instituciones del eurosistema ascendieron a 462.393 millones y las peticiones de financiación de las instituciones residentes en España representaron el 10,35%.

Esa proporción ya alcanza la llamada 'clave de capital', que es el peso relativo que tienen las entidades de un país en el conjunto del sistema de la zona euro, expresado en términos de PIB, y que ahora se sitúa en torno al 10%. Pero apenas representa el 1,3% del total de los activos del balance del sistema financiero español. Aunque hay países que superan esa relación con creces, no es lo habitual en la banca española, y algunos analistas han querido ver en el cambio un signo de debilidad. Son los mismos que han criticado la intensidad de la titulización de activos -cesión de los derechos de cobro- como mecanismo empleado por bancos y cajas españoles para buscar financiación.